Era tarde, y Armando aún no llegaba a casa, no me habia llamado ni tampoco habia ido por mi al trabajo por la tarde, y eso si era extraño.
Cuando por fin llegó se veía cansado, y malhumorado.
- hola, ¿Qué te pasó? ya es algo tarde.
Solo pasó junto a mi, sin mirarme, y metió unos documentos a su maletín.
- Ahora no me digas nada Sofía, solo quiero darme una ducha y dormir.
Se metió a la habitación, y cerró la puerta, yo no lo seguí, después de un rato, salio duchado y fresco, aunque sin mejor humor.
Fue a la habitación de Aidan, que ya dormía, se agachó para verlo y como siempre, besó su cabello - duerme bien campeón - se levantó y me vio cerca de la puerta, con una mirada que no pude descifrar.
- Tuve un día de perros, no quiero hablar contigo ahora, porque no sé como terminaria.
No tenía más remedio que aceptar eso, fue a la cama y se durmió rápidamente, me duché y fui a la habitación de Aidan, después me senté en el sofá, leí un poco y me quedé dormida.
- Sofía, ya tengo que irme