Sentía cada vez más dolor y eso hacía que aumentara mi angustia.
*Amor, voy al hospital, la doctora me vera ahí, por favor, llámame.*
Guarde todo lo que necesitaba en una maleta, y decidí que tomaría un taxi, tomé de la mano a Aidan y salí de la casa.
Como siempre el destino te prepara algo inesperado, recibí ayuda de quien menos pensaba.
-¿ Sofia? - dijo deteniendo su auto - ¿estás bien?
- No, tengo que ir al hospital, Armando está de viaje y no puedo conducir. - una ola de dolor me invadió.
Ella se bajó de su auto y abrió la puerta.
- Frida, ¿porqué me ayudas? entiendo que si fuera tu, me odiarías.
- Lo sé, no lo hago por ti, es por tu bebé, porque es sobrino de Alejandro, sube, te llevaré a donde me digas.
- Gracias - me llevó rápidamente al hospital, la doctora ya me esperaba.
- Cariño - hablé con Aidan- te quedarás un rato con tu tía Frida, mami ira a que la revisen.
- Si, mami. - miré a Frida agradecida - sé que te hice daño y te pido perdón, y . . . gracias por ayudarme.
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