Ya era lunes y me habia olvidado por completo de tomarme la pastilla de emergencia, había estado con Armando sin ninguna precaución, y ya no tomaba la píldora, asi que fui corriendo a la farmacia.
Decidí iniciar otra vez mi protección, porque mi hijo aún era pequeño y quería darle toda mi atención.
Transcurrió la jornada sin ningún inconveniente, como siempre, hacía mi trabajo lo mejor que podía.
No había tenido noticias de Armando en todo el día, y eso me resultaba un poco decepcionante, hubiera querido verlo, pero a veces haces planes y algo se interpone.
Busqué a mi hijo en la guardería, a la hora de salir, y siempre me recibía con los brazos abiertos - mamá- me dijo.
Me encontré con Sebastián en el elevador, siempre jugaba con Aidan, hasta que llegábamos al piso de abajo.
- ¿Cómo esta tu novia? - pregunté curiosa.
- Muy bien, va todo muy bien, tal vez haga la pregunta- respondió entusiasmado.
- Oh, me alegro mucho por ti.- dije sonriendo
mientras se abrían las puertas del elev