—Yo Helena de la manada Norte te rechazó a ti Ragnar como mi compañero.

Ragnar sintió un intenso dolor en el pecho, intentó hablar, pero apenas podía mantenerse de pie.

—Señorita Helena, ¿Qué está haciendo? —cuestionó Nolan —. Por favor, retractese o acaso su objetivo es acabar con el Alfa.

—No me voy a quedar al lado de un lobo herido —se cruzó de brazos —. Yo no soy ninguna enfermera para cuidarlo, que esperas Ragnar, acepta mi rechazo y dejame libre de tu maldición, dices que me amas. Pues si lo haces no me vas a arrastrar contigo.

—Señorita Helena, no sea cruel…

—Yo Ragnar, Alfa de la manada Norte acepto tu rechazo Helena.

Ragnar lo aceptó cuando tuvo las fuerzas para hacerlo, Helena tenía razón, él la amaba lo suficiente para dejarla libre y no arrastrarla con la maldición con la que él había regresado.

—Alfa —exclamó Nolan.

Helena sonrió al escucharlo, aunque sentía que se iba a partir en dos, disfrazó muy bien su dolor, después de todo era una Beta.

—Gracias —respondió —. Y no