Alek Vólkov
(Maratón 2/6)
Le di una última calada al cigarrillo que tenía entre mis manos y tomé el teléfono para responder la llamada entrante.
—Diga —respondí sin ver el remitente y de mal humor por la interrupción.
Me encontraba supervisando uno de los cargamentos más importantes que iban a salir directo para Estados Unidos y por obvias razones no podía tener distracciones de ningún tipo.
No podíamos permitirnos ni un solo error, pues las autoridades estaban tras nuestros pasos y eran millones de dólares lo que iban en ese jodido container.
—Señor, es María —dijo ella del otro lado de la línea e inmediatamente las alarmas se encendieron en mi cabeza.
Dasha.
—¿Qué ocurre María? ¿Dasha está bien? —pregunté rápidamente tirando el cigarrillo que tenía entre mis manos al sueño y pisandolo con mi zapato.
—Sí, todo está bien no hay de qué preocuparse —dijo de vuelta y escuché cómo soltó un suspiró antes de volver a hablar —. Pero lo estoy llamando porque acaba de llegar alg