Caleb regresó, cubierto de sangre. Intentó entrar a su habitación sin ser visto, pero no pudo escapar de mi mirada. Luego camino hacia su habitación, preocupada. Abro su puerta sin tocar.
- Caleb, ¿estás bien? Le pregunté.
Se da la vuelta, sorprendido. Acababa de quitarse la camiseta ensangrentada. No veo heridas. Así que mató a alguien… otra vez.
- ¿Qué haces todavía despierto a esta hora? Me pregunta
No pude. Te fuiste temprano y aún no habías venido a pesar de que estaba oscuro y habían pasado varias horas. Me he estado preocupando por ti. Eso es lo que quería responder. Pero ninguna de esas palabras salió de mi cabeza.
- No pude dormir. Le respondí _
Él asiente, sin saber qué más decir, avergonzado de que pudiera verlo en este estado. Sorprendentemente, no estoy enojado con él. Solamente quiero saber el por qué y el cómo.
- ¿Qué crimen cometió? Le pregunté.
- Qué?
- El hombre que mataste, ¿qué crimen cometió? Lo repetí.
Él suspira y luego se acerca a mí. Acabo de notar que está si