006

Maya estaba de espaldas a la piscina cuando Antonio le hizo la pregunta, y ella juraría que su alma había abandonado su cuerpo de inmediato al escucharlo.

Como estaba facing la piscina, impulsó rápidamente la inyección hacia el agua.

Sin duda la recuperaría después, pues ese no era el problema urgente.

Se quitó una de sus pulseras y la sostuvo con fuerza.

—Te pregunté qué estás sosteniendo —repitió Antonio, y Maya se giró hacia él.

—¿Qué estoy sosteniendo? —respondió ella, abriendo la mano para mostrarle el contenido.

—Esto —murmuró mientras le mostraba la pulsera.

Antonio sonrió con malicia y se acercó a ella con un aire amenazante.

—Puedes estar segura de que si descubro que estás jugando sucio conmigo, no dudaré en darte un castigo severo, quizá incluso dejarte a merced de los buitres carroñeros —murmuró Antonio antes de salir de la piscina con dramatismo.

Maya soltó un suspiro caliente y tembloroso, llevándose la mano al pecho, que latía con fuerza.

—Mierda, eso estuvo cerca —murmuró, mirando la piscina donde había arrojado la inyección.

—Quédate allí un rato —susurró y salió apresuradamente.

✧✧✧✧

TERRENO DE ENTRENAMIENTO

—Es demasiado tarde para retractarte —dijo Jerry.

—He estado entrenando por años, veamos si todavía puedes ganarme. Apuesto a que no —murmuró Araña.

—Bien, sabes que me encantan los retos. No puedo rechazar tu petición —respondió Jerry.

Fueron al patio trasero, tomaron sus espadas y se prepararon para pelear.

—¿Lista? —preguntó Jerry.

—Nunca he estado más lista para derrotarte —dijo Araña, pero antes de que terminara la frase, Jerry lanzó el primer golpe.

Ella fue lo suficientemente rápida para esquivarlo.

—Veo que te has vuelto veloz —sonrió Jerry.

—O tal vez tú te has vuelto lento —respondió, esquivando repetidamente sus ataques.

Le sorprendía poder predecir sus movimientos; el entrenamiento realmente había dado resultado.

Las nuevas habilidades de Araña impresionaron a Jerry.

Ahora ella le mostraría lo que había aprendido en su entrenamiento como cazadora de demonios.

Su entrenamiento enseñaba que siempre debía moverse en la dirección opuesta de donde planeaba atacar, y que la velocidad y el tiempo eran cruciales.

Era el momento perfecto para aplicarlo.

Araña se movió con facilidad alrededor de Jerry, haciéndole creer que seguiría defendiéndose, y entonces lo atacó donde menos lo esperaba.

No lo dejó recuperarse entre ataques; Jerry bloqueó como pudo, hasta que falló.

Sorprendido por su fuerza y velocidad repentinas, intentó seguirle el ritmo, pero ella le hizo volar la espada de las manos.

Luego le dio un cabezazo, una rodilla en el estómago, lo agarró de los brazos y lo lanzó por encima de su hombro.

Jerry cayó de espaldas y gimió, la sangre brotando de su nariz.

—¿Cuándo aprendiste todo eso? —preguntó mientras se levantaba y se limpiaba la sangre.

—Mientras tú andabas durmiendo con cualquiera —respondió ella con burla.

Jerry puso los ojos en blanco, incrédulo.

—Pura suerte. Ganaste porque es tu día de suerte —dijo sarcástico.

Ella rió.

—Nunca dije que gané por suerte. Fue habilidad y estrategia.

Él bufó con emoción y corrió hacia Vinagre.

—Hola, nena silenciosa —le dijo con voz fuerte mientras avanzaba con pasos grandes.

Araña lo observaba, su mirada fija en Vinagre, el puño apretado.

✧✧✧✧

Perrita (Gatita/Pussycat) entró bruscamente y se dejó caer en su cama, el puño apretado mientras se despeinaba con frustración.

Minnie, que se estaba maquillando, la miró.

—Cariño, ¿qué pasa? —preguntó Minnie.

Perrita bufó.

—Speedy realmente me está sacando de quicio. Imagínate, me llamó zorra. Y Max… no entiendo qué ve en ella. Siempre la complace como un tonto —refunfuñó.

—Deja de despotricar y dime qué pasó —pidió Minnie.

—Fui a ver a Max para pedirle un desafío. Aceptó, peleamos y ganó. Las reglas dicen que quien gana puede pedir algo. Yo le dije que pidiera lo que quisiera, y él dijo que me lo diría después. Luego dijo que le encantaba mi voz, ¡y de repente Speedy apareció de la nada! —explicó.

—Sí, lo sé —murmuró Minnie.

—Ella empezó a llamarme zorra. Estábamos conversando y escuchó que él dijo que le encanta mi voz, y lo tomó como una voz de dormitorio. Ella me está volviendo loca —siguió quejándose Perrita.

—¿Por eso entraste así? —preguntó Minnie.

—Claro que sí. Incluso me pidió que me mantuviera lejos de Max, que él es “intocable”.

—Pues hazle caso —respondió Minnie.

—Si quiere morir, que muera. Yo no voy a obedecer. Ella no lo posee —murmuró Perrita.

—Lo hace porque es su novio —aclaró Minnie.

—¿Eso es lo que la hace sentir superior? ¿Y si te dijera que voy a quitarle ese título? —susurró Perrita.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Minnie.

—Que ya que presume tanto tener un novio lindo, voy a arrebatárselo. Haré que Max se enamore de mí.

—¿Qué…? —murmuró Minnie.

✧✧✧✧

SUITE DE SPEEDY Y MAX

—Cariño —llamó Max cuando Speedy entró a la suite.

—Cariño —repitió, tomándola de la mano para voltearla.

—Lo siento —murmuró.

—Eso dices siempre, y ya cansa —respondió Speedy.

—Lo siento —repitió él.

—Esas chicas tontas quieren robarte de mí, ¿no lo ves? Te he dicho mil veces que si se te acercan me avises, no les contestes. Son roba-novios —refunfuñó Speedy.

—Lo intentaré —dijo Max.

—No lo intentes, esfuérzate más —ordenó Speedy.

—Claro —respondió él.

Ella sonrió.

—Entonces estamos bien.

Max la cargó en brazos.

—¡Oye! —gritó ella.

✧✧✧✧

TRES DÍAS DESPUÉS – FIESTA

La música retumbaba como si quisiera romper las bocinas.

Júpiter bailaba con un vestido negro que marcaba sus curvas.

Speedy y Araña entraron luciendo espectaculares, sus tacones resonando.

Speedy tomó la mano de Max y le dio un beso en los labios.

Perrita puso los ojos en blanco, tomó una bebida y caminó hacia ellos. Fingió tropezar y derramó la bebida sobre el vestido de Speedy.

¡Maldita sea!

—Uy, lo siento —murmuró Perrita. Speedy iba a responder agresivamente, pero Max la detuvo.

—¿Por qué siento que lo hiciste a propósito? —preguntó Speedy.

—¿Y por qué pensarías eso? Fue un accidente —respondió Perrita.

Speedy miró a Max, quien le dirigió una mirada suplicante.

—Espera aquí, voy a cambiarme —dijo Speedy y lanzó una mirada dura a Perrita antes de marcharse.

—Hola —saludó Perrita a Max, pero él la ignoró.

—¿Hice algo mal? —preguntó.

—Sí. ¿Por qué derramaste la bebida sobre ella? —contraatacó Max.

—No fue intencional, yo…

—No finjas. Te vi claramente. Fue a propósito. Por favor, mantente lejos de mí —dijo Max antes de marcharse.

—Uy, lo siento… plan fallido —comentó Minnie acercándose.

—Cierra la boca —bufó Perrita.

—Ríndete, no puedes tenerlo —insistió Minnie.

—¿Quieres callarte de una vez? —soltó Perrita.

✧✧✧✧

—Hola, nena silenciosa, ¿bailamos? —Jerry se acercó a Vinagre.

—No me interesa —respondió ella.

—¿Tengo que rogarte? Bueno, por favor —pidió Jerry.

—No tienes que hacer nada —respondió ella, rodando los ojos.

—Si no aceptas, tendré que obligarte. O aceptas voluntariamente o por la fuerza —le guiñó un ojo Jerry.

Ella se disponía a alejarse cuando Jerry la levantó en brazos.

—¿Q-qué? —balbuceó mientras él la llevaba a la pista de baile.

La bajó suavemente, su mirada recorriendo su cuerpo. Acercó los labios a su oído.

—¿Vas a bailar conmigo, o prefieres que te muestre cómo te obligaría? —susurró, entrelazando sus dedos con los de ella y rodeándola por la cintura con la otra mano.

El ritmo lento hacía que sus movimientos parecieran provocativos. Se movían con fuego.

Araña negó con la cabeza y salió de la fiesta.

La música terminó y Jerry la soltó. Ella lo miró fijamente y se marchó.

Jerry se mordió los labios.

—Qué sexy —susurró.

✧✧✧✧

SUITE DE ANTONIO

Drake entró y vio a Antonio fumando.

—Oye, amigo —saludó.

Antonio lo miró.

—La fiesta sigue, al menos sal un rato —dijo Drake.

—No soy un fiestero. Sabes que no me gusta socializar —respondió Antonio.

—Un sociópata, ya lo sé. Solo intenta hoy —dijo Drake.

Antonio no respondió, solo siguió fumando.

Entonces todo se tornó rojo y una alarma estridente llenó el aire: alerta de invasor.

Los ojos de Antonio se abrieron.

—¿Alguien está invadiendo nuestro territorio? —preguntó.

—Vamos a ver —respondió Drake.

✧✧✧✧

Maya estaba en el balcón cuando sintió una presencia a su lado.

Antes de voltearse, un pañuelo se posó sobre su nariz.

Lo último que vio fue el cielo antes de que todo se oscureciera.

La persona la metió en un saco, la cargó sobre el hombro y salió.

✧✧✧✧

LABORATORIO DE COMPUTACIÓN

Hotdogg y Vinagre tecleaban rápido, tras recibir la alerta.

Hotdogg encontró algo en la pantalla y los ojos de Antonio se ampliaron al ver a una persona cargando un saco.

Se dirigía al estacionamiento.

Antes de que nadie reaccionara, Antonio ya corría hacia allí.

Al llegar, vio al individuo colocar a Maya sobre una moto.

El hombre subió, miró a Antonio y le hizo un gesto obsceno.

—Mierda —murmuró Antonio, corriendo hacia su motocicleta.

Se subió.

Y la persecución comenzó.

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