Capítulo 49 —Su Reino
Narrador:
Los días pasaron y Roman no se acercó a ella. No la miraba, no la provocaba, no la buscaba.
Era como si, después de comprar la fábrica, hubiera decidido simplemente ignorarla. Y eso la estaba volviendo loca.
—Ese hombre es una mal*dita bomba de tiempo —murmuró Aylin, revolviendo con impaciencia el café en la mesa de la cocina de Natalia.
Su prima la observó con una media sonrisa, apoyando la cabeza en una mano.
—¿Y por qué te importa tanto cuándo explote?
Aylin apretó los labios, bajando la vista al líquido oscuro en la taza.
—Porque lo conozco. Y sé que no se va a quedar tranquilo mucho tiempo.
Y no solo era eso. El pueblo había cambiado. Se notaba en el ambiente, en las miradas esquivas, en el murmullo que recorría las calles con cautela. Desde que Roman Adler había llegado, la gente hablaba más bajo, caminaba más rápido, evitaba hacer preguntas.
Y lo peor de todo... Se había llenado de caras nuevas, hombres desconocidos, de trajes oscuros, armados y