Capítulo 48 —Negocios
Narradro:
Aylin apenas había puesto un pie en la fábrica cuando su estómago se contrajo en un nudo violento.
El ambiente estaba extraño. Algo en el aire pesaba más de lo normal. Los trabajadores murmuraban entre ellos, las miradas se desviaban hacia la entrada, y cuando ella levantó la vista, el motivo de toda esa tensión se le estampó como un golpe seco en el pecho. Roman Adler.
Él subía las escaleras con la misma seguridad letal de siempre, flanqueado por Dominic y un par de sus hombres, todos vestidos de ne*gro, todos exudando una autoridad que no pertenecía a ese lugar.
Aylin sintió la sangre huirle del rostro.
¿Qué mier*da estaba haciendo ahí?
Roman no miraba a nadie. Su atención estaba fija en el pasillo que conducía a la oficina del dueño de la fábrica. Su andar era implacable, como si la reunión ya estuviera ganada antes de siquiera empezar.
Pero en el último peldaño de la escalera, como si algo invisible lo hubiera llamado, se detuvo, giró la cabeza y la