47. NO QUIERO ALEJARME DE LÍA.
Arthur
Al recibir la llamada de mi madre, sentí un nudo en el estómago. Apenas pude procesar lo que decía antes de ordenar a Miguel que me llevara a la mansión. ¿Cómo era posible que Nadia, volvieran aparecer. Y peor aún, ¿con qué propósito? Sus palabras resonaban en mi cabeza: “Estoy enferma”. Pero no podía simplemente tomar eso como verdad sin averiguarlo por mí mismo. Qué debería de hacer, mamá me dijo que sí esta enferma, pero eso aún no convence.
Después de media hora de trayecto, llegamos. No esperé a que Miguel abriera la puerta; salí apresuradamente. Mi corazón martillaba en mi pecho. Entré al salón y ahí estaban: mi madre, mi padre… y Nadia. Ella lloraba, abrazándose las rodillas, con el rostro visiblemente afectado. Me acerqué molesto, con ganas de echarla, pero debía escucharla como me lo pidió mi madre.
—Buenas tardes —dije, con un tono cortante—. ¿Qué haces aquí, Nadia? ¿Ahora vienes con la misma historia de que estás enferma?
Mi madre intentó intervenir, pero Nadia levan