Un día, vi una noticia navegando, que decía que Javier había renunciado a su puesto de profe de medicina, preparándose para retirarse a la sierra. En la foto se veía flaquísimo, viendo perdido ese bosque donde yo me había caído, como si no tuviera alma.
"¿Para qué tanto sufrir?"pensé. No me burlé de él, tampoco sentí gusto, solo me quedaba la tranquilidad.
Antes él se había sacrificado por el amor de verdad, atándose conmigo.
Ahora que yo no estaba, debería haberse librado de esas cadenas y vivir bien.
—Maestra, perdón por llegar tarde.
Camilo me tocó el hombro y entonces reaccioné.
—¿Por qué llegaste tarde hoy?
—Porque mi hermano fue a entregar una carta de recomendación y se tardó un rato en el camino.
Volteé a ver al tipo que estaba a un lado; me pasó unos materiales de un simposio de terapeutas.
—No voy a ir. Lo rechacé así de golpe.
—¿No amas la profesión de terapeuta? Si quieres ayudar a más gente, tienes que sacar la certificación de terapeuta principal.
—¡Tu talento no debería