NARRADOR:
Un mes había pasado en el que Logan se aparecia frente a ella constantemente, a Nea su presencia parecía gustarle, se sentía cómoda y por alguna razón que ella no podía explicarse, su corazón bombeada desenfrenado al verlo, sus ojos parecían quemarle de una manera tan intensa que su cuerpo perdía la fuerza y su voz hacía que su estómago parecía albergar una cantidad enorme de insectos que revoloteaban sin cesar. Aquello era algo bastante sorpresivo nunca fue de esas chicas que se enamoran a la primera pero con Logan todo parecía ser diferente, desde el instante en que lo vió en el hospital todo dentro de ella pareció descontrolarse, como si estuviera ansioso por estar cerca de él todo el tiempo. Intentó por días no dejar que aquello la dominará, no extrañarlo y no desearle, pero todo intento fue en vano, todas las tardes esperaba ansiosa la llegada de Logan, para conversar, dar una vuelta juntos y dejar que calmara la incertidumbre del día por no saber si podría verlo. Logan por su parte actuaba cauteloso, prefirió llevar las cosas con calma, no había prisa eso se decía, estaba seguro que su destino era estar juntos, solo dejó que Nea se hiciera a la idea de eso. No podía ser diferente, está Nea le daba la misma sonrisa, la misma mirada, su solo compañía lograba darle alivio al remordimiento en su interior, pues lo que había pasado no había sido olvidado por él, la sombra de todo seguía allí, las cicatrices que ella misma se ocasionó le golpeaban el rostro cada vez que las veía. —Logan hoy debes asistir al club nocturno, el nuevo cliente quiere cerrar el trato. Logan jugaba con un cigarro en sus manos, su mente estaba en otro lado. —Villano quieres que cancele la reunión —Sander le cuestiono. —No, debe hacerse, consolidarme en este lugar es necesario. —¿Estas determinado a quedarte aquí definitivamente? —Logan asintió. —Por un largo rato, quiero casarme con ella —Confeso. Sander mostró una sonrisa burlona mientras terminaba de teclar algunas indicaciones en su móvil. —Vaya lo nunca pensado, Logan Ackerman fue doblegando por una pequeña y delgada chica que estaba lejos de ser su prototipo de mujer. Logan lo miró con seriedad, una mirada orgullosa se mostró en su rostro y una sonrisa arrogante la acompañó. —Justo por eso —Aseguró —Ella es única, diferente a todo lo que conozco y yo la necesito a mi lado, por caprichoso, por deseo, por ansias, por que ella……. —No creo que sea tan difícil decir que la amas —Logan lo fulminó con una mirada que denotaba advertencia —Acaso está prohibido para ti eso, es un pecado acaso decir que él gran villano está enamorado como un adolescente, mírate estás allí con las cabeza en las nubes, solo te falta la libreta para que empieces que escribir su nombre y dibujar corazones —Comentó Sander entre risas. —¡Fuera de aquí! —Le rugió Logan. —Si quieres puedo llevarle una carta de esas hechas a manos, de las que dicen Logan y Nea juntos por siempre. Logan le tiró el cenicero que Sander pudo esquivar al cerrar la puerta con rapidez, Logan solo negó mientras volvía a pensar en ella, en su tormento, en la mujer que no lo dejaba dormir siquiera, la ganas de tenerla en sus brazos no lo dejaba en paz ni un segundo. *Hola hermosa, no podré llevarte a cenar como prometí tengo trabajo urgente que resolver. Te veré mañana y prometo compensar mi ausencia hoy…. Te quiere Logan* Envío el mensaje que no demoró en ser respondido. *Es una lástima, tengo muchos deseos de verte, pero entiendo. Suerte y cuídate mucho. Te quiere Nea* Con aquel mensaje Logan terminó su día, al entrar la noche salió junto con Sander a cerrar el trato con aquel cliente que le dejaría grandes ganancias pues la compra y venta de armas de alto calibre lo había llevado a obtener una buena fortuna y a llevar su nombre a lo alto como un gran contrabandista, uno que era difícil de hacer caer, pues sus espaldas estaba tan bien cuidadas que para las autoridades llegara a él les era prohibido. Entró al Club nocturno con su aura de suficiencia, con toda la arrogancia que poseía, como si él resto fueran tan insignificantes que no merecía siquiera una de sus miradas. Las mujeres lo observaban como aquel bizcocho que tienes prohibido comer, cómo lo más tentador que pudieran ver sus ojos pero que jamás estaría a su disposición, Logan irradiaba aquella aura de chico malo que a la mayoría de mujeres por no decir todas le atraía, su porte, su cuerpo musculoso y los tatuajes en su piel eran la invitación perfecta para perderte en la oscuridad que emanaba su presencia, en las brasas ardientes que reflejaban su ojos y en aquella sonrisa cínica que raras veces dejaba ver pero al hacerlo te hacía mojar las bragas y temblar las piernas, eso era Logan Ackerman, el pecado que muchas deseaban pero que pocas podrían decir haber probado. —¡Un gusto verlo por fin! —Saludó él hombre con algo de efusividad —Este negocio es excelente, puedo asegurar que nos irá bien a ambos. —Eso espero, no me gusta perder mi tiempo y mucho menos mi dinero…. vayamos al grano aún tengo cosas que resolver. Logan fue certero como siempre, odiaba perder el tiempo y mucho menos con personas que no le interesaban. —Entiendo, pero antes permíteme presentar a Zaya, mi hija. Fue hasta entonces que Logan desvío la mirada para notar a la mujer perfectamente trabajada de pies a cabeza, no hacía falta ser adivino para saber las intenciones del hombre para llevar a su hija aquella reunión y de un manera tan provocativa, Logan sonrió para sus adentros y después de una mirada mordaz tomó asiento y actuó como si ella o estuviese allí. —Como le dije anteriormente exijo en 70% de las ganancias, no aceptaré menos. Entonces dígame si acepta o no —Logan arremetió sin perder más tiempo. —Es mucho no cree, yo también tengo trabajadores y socios a los cuales rendirle cuántas, pensé que talvez un 60-50 sería lo ideal. Antes de que Logan pudiera responder, el hombre tomo un llamada en su móvil y se alejo dejando a Logan con su hija que solo podía sonreír de manera victoriosa. —¿Le gusta bailar señor Ackerman? la mujer camino hasta él y tomo asiento así lado. —Soy una experta bailarina.... bueno la verdad experta en mucha cosas, sobre todo en complacer hombres como usted, dime qué deseas y te será dado. Aquello salió tan descarado que Logan ladeo la cabeza para enfocarla otra vez, acción que para ella pareció un permiso o una invitación pues sin perder tiempo se acercó más y tomó los labios de Logan, con un beso caliente, desesperado y lleno de lujuria. En la planta principal del club en dónde los menos privilegiados bailaba una Nea observaba como el hombre que dijo tener un asunto urgente de trabajo besaba a otra mujer, sintió un tirón incómodo recorrerla, y la sensación de traición se apoderó de ella. Logan era igual al resto, eso fue lo que dijo mientras lo veía ponerse de pie y desaparecer de su campo de visión al igual que la mujer, con la idea de lo que ambos debían estar haciendo, se dió la vuelta y salió del lugar. Una noche en dónde se suponía se divertiría resultó convertirse en una completa decepción para ella, Logan no era él tipo de hombre que ella creía y pensarlo dolió, más de lo que debería.