—Daniel, sé que hemos estado distanciados, pero en este momento tengo cosas que hacer. Prometo compensarte todo este tiempo perdido, pero hoy no puedo.
—Ok, ok Victoria; solo quiero invitarte una copa. Ya eres libre hay que festejar.
—Aún no; esa señora me odia demasiado.
—Y puede que tenga razón: mataste a su hermana.
—Gracias por defenderme —dijo Victoria un poco asombrada por las palabras de Daniel.
Toma, relájate, te llevaré a casa luego. Victoria tomó de su copa de licor; se le veía muy distraída y estaba más que preocupada por lo que pudiera hacer la fiscal en su contra por venganza. Brenda llegó y miró a su ex amiga con una sonrisa burlona. Victoria deseaba marcharse, especialmente al saber que la fiscal tenía parentesco con la familia Castillo; ahora entendía todo ese odio hacia ella y las ganas de verla en la cárcel. Victoria empezó a sentir mareo. Quiso levantarse de su silla, pero no pudo hacerlo; su cabeza daba vueltas y no le permitía conseguir el equilibrio