Muy temprano salió en busca de ella. Llamó a la empresa y le dijeron que no había ido a trabajar. Entonces llamó al salón de eventos y le dijeron que llegaría en un momento. Pero ya no tendría que buscarla; estaba frente a él, caminando por la acera de la calle, tomando de su botella de agua. Comenzó a pitar para que ella lo viera, pero esta ni siquiera se inmutó; los que sí se enojaron con él fueron los conductores de los autos que estaban adelante, pues pensaron que lo hacía para molestarlos.
Andrés detuvo su auto y corrió hacia ella; necesitaba hablar y este era el momento.
__ Victoria, ¿acaso estás sorda?
__ ¡Doctor! ¿Qué sucede?
__ ¡Te he pitado durante casi una cuadra y no te detienes!
__ No me detengo ante los pitos de los autos.
__ Ya veo.
__ ¿Qué quieres?
__ ¿Es cierto que te casaste con mi hermano? Ella guardó silencio. - ¡Contesta, por favor!
___ Sí, sí me casé con Daniel.
- ¡No debiste hacer tal cosa!
__ ¡Es mi problema!
__ ¡Daniel es un mal ser humano! ¡Él no es lo que