Brenda se sentía en el lugar equivocado; Andrés ya no la miraba y parecía que la odiaba. Hace tiempo había cambiado con ella, pero ahora estaba tan distante, parecía tener la cabeza en algo o en alguien más.
Andrés tenía otro asunto que le daba vueltas en la cabeza: su esposa Bella, al morir estaba embarazada. Tenía sospechas de si el bebé fuera de él y decidió saber de una vez por todas la verdad; ya no quería seguir martirizándose ni un día más. Le pidió a su abogado que se encargara del asunto pero que fuera rápido y pronto ya tuvo en sus manos aquel documento que le diría la verdad. Solo y sentado en su oficina, abrió el sobre; solo compartía el 25% de ADN con el bebé, o sea, era el tío. Sus sospechas eran ciertas: su esposa Bella, le había sido infiel con su hermano. Y ahora él se había casado con Victoria; como odiaba a su hermano Daniel, tenía que hacer lo imposible para separarlo de ella. De seguro le haría daño y no estaba dispuesto a que eso pasara. Daniel todo lo que tocaba