La llegada del dueño de la empresa tenía todo patas arriba. Se rumoraba que, por su boda, les haría buenos regalos a sus empleados.
Todos afirmaban que era un hombre muy generoso con sus empleados y colaboradores, y pronto estaría en la ciudad para contraer matrimonio con su joven prometida. Además, los chismosos también decían que todos sus empleados estaban invitados al magno evento, en el que se casaría con la mujer que le había flechado el corazón.
Mientras daba los últimos retoques a una pieza gráfica publicitaria para los nuevos autos en el mercado, Victoria escuchó la algarabía de los empleados. Todos salían de sus oficinas y se dirigían al gran salón principal, donde se realizaban las reuniones y las fiestas de la empresa. Pensó que era algún simulacro contra terremotos o algo parecido. Fue la última en salir de la oficina y dirigirse al salón.
Qué gran sorpresa se llevó Victoria. El jefe del que tanto se hablaba en esos días era nada menos que Andrés, el hombre que la había despreciado por no ser tan agraciada, o sea, fea para su gusto. Estaba allí, frente a todos los empleados, mostrando a su bella prometida, Brenda, quien días antes había sido su amiga. Victoria no daba crédito a lo que veían sus ojos. ¿Cómo era esto posible? ¡Que Brenda, de la noche a la mañana, pasara de ser una estudiante universitaria de clase media a convertirse en la prometida del multimillonario Andrés Castillo, dueño de la más grande empresa publicitaria de la ciudad! Ahora ella sería la dueña y señora de todo, además de ser también la jefa. No, no, esto era demasiado por el día de hoy. Tenía que huir, esconderse antes de que ellos la vieran. Podrían echarla de inmediato, y eso no lo deseaba en este momento, ni en ninguno. Necesitaba el empleo.
Fue hasta su oficina, tomó un poco de agua de su botella que estaba en su escritorio y caminó de un lado a otro, pensando si debía salir corriendo y olvidarse de su trabajo, o esconderse de por vida de ellos y olvidarse de todo. Rebeca vio a su amiga huir del lugar, pero no fue tras ella. Debía dejarla sola en este momento, que, al parecer, ver a Brenda y a Andrés juntos y hablando de planes de boda la había golpeado fuertemente.
La mejor decisión que tomó en ese momento fue salir corriendo de la empresa, tomar un taxi, llegar a casa y encerrarse en su cuarto. No quiso bajar a cenar con la familia ni tampoco deseaba hablar con nadie. Solo quería estar sola, y poco a poco se fue quedando dormida.
Brenda se sentía en la cima del mundo, tomada de la mano de Andrés. De los muchos novios que tuvo, ninguno la había llenado tanto de regalos, salidas, viajes, dinero, diversión y pasión como Andrés. Ahora, con sus nuevas mejores amigas de clase alta como la familia Castillo, se la pasaba hablando de lo maravillosa que era su vida al lado de este hombre.
Andrés también estaba feliz. Su familia había aceptado y dado el visto bueno a Brenda, pero le recordaron que seis meses no eran suficientes para conocer a alguien con quien ibas a compartir el resto de tu vida. Le recomendaron que se tomara al menos un año para conocerla mejor y luego daría el siguiente paso. Pero Andrés alegó que para qué esperar, que ellos ya eran adultos y que, si algo no salía bien, simplemente cada quien tomaría caminos diferentes. Además, ya estaban en los preparativos de la boda y no querían chismes ni habladurías de la gente.
Pero su hermana, Karoll, insistía a Andrés sobre lo mal que le había ido en el amor. Laura lo había abandonado tras el accidente en la costa, su esposa Bella le había sido infiel con su hermano Daniel, y por esa razón él había decidido marcharse del país por varios años. Sin embargo, Andrés aseguraba que había encontrado el verdadero amor con Brenda.
Victoria y toda la familia estaban preocupados por David y Bianca. Se habían endeudado para colocar su nuevo proyecto, un salón de eventos llamado Dubái. No les estaba yendo mal, pero necesitaban un empujón más de capital y su padre se lo había negado alegando que no estaba para perder dinero. Victoria quería ayudarlo, ya que era el único de la familia que se preocupaba por ella, su tía y primas la odiaban. Tomó su teléfono móvil y decidió buscarlo para ver qué se podía hacer con el negocio y evitar perder todo lo que ya se había invertido, lo peor, quedar con grandes deudas.-David, ¿dónde estás?-Hola, Vick, estoy en el salón de eventos. Estoy buscando una salida a este problema.-Ok, quédate ahí, voy en camino. Necesito que hablemos seriamente, tú y yo.David la estaba esperando en su oficina para ver qué era eso tan importante que su prima tenía para decirle.-Vick, me tienes en ascuas, pensando en qué tienes para decirme. __ David, sé que le pediste ayuda a tus padres y dijer
Victoria estaba decidida a irse de la ciudad y regresar a su pueblo. No estaba dispuesta a ver a Brenda y a Andrés todos los días en la empresa, demostrando su amor, pues eso le resultaba humillante. Ya se sentía como una tonta perdedora, y eso era más que suficiente. Sin embargo, antes debía ayudar a David con la publicidad de Dubái y con una propuesta comercial de la empresa en la que trabajaba, relacionada con la bebida energizante Iceberg. Realizaría esas dos tareas pronto y, después, se marcharía a su pequeño pueblo, Purísima.Debía presentar hoy la propuesta de la bebida energética Iceberg ante los empresarios. Se elegiría la mejor entre más de 10 propuestas presentadas por varias empresas de publicidad. RGBRANDING tenía tres propuestas, y las tres participarían. Victoria presentaría una que había sido seleccionada por varios altos ejecutivos.Muy temprano, Victoria ya estaba repasando su propuesta: "Iceberg, más cerca de ti". Se había levantado temprano para poner en práctica l
El Dr. Andrés Castillo, quien acababa de llegar a la empresa, había leído varias de las propuestas durante el vuelo mientras se dirigía a la ciudad. Le había gustado una y le había dado el visto bueno, pero, por desgracia para él, esa no fue la que la junta directiva escogió. Quiso ponerse al tanto de lo sucedido en su ausencia y solicitó a la secretaria la grabación de las propuestas y toda la información disponible en formato digital.Se interesó por la propuesta ganadora. Había que averiguar ¿por qué había ganado? Lo que le llamó la atención fue la expositora; no la había visto antes en la empresa, pero su rostro le parecía familiar. Se dirigió a recursos humanos con la carpeta que le habían entregado con la información de la reunión. Estaba molesto, ya que no contestaron sus llamadas para que le trajeran el currículum de esta empleada. En ese momento, su móvil sonó, y se dispuso a contestar sin darse cuenta de que alguien venía hacia él con muchos documentos en las manos, que le i
Victoria, bastante molesta y herida en su ego, tomó lo poco que tenía en la oficina y se dispuso a marcharse.Su amiga Rebeca la acompañó en silencio, mientras los demás empleados las observaban y murmuraban terribles cosas sobre ella. ¿Cómo era posible que hubiera abofeteado al jefe? ¡Él era un mal jefe, un desgraciado! Pero… ¿golpearlo? Y aunque los murmullos no cesaban, en el fondo estaban felices, por fin alguien le había dado su merecido al ogro Andrés Castillo. __ Rebeca, amiga, préstame tu auto, ¡yo te lo llevo hasta tu casa después de llevar mis cosas a la casa de tía Helena! __ ¡Pero… tú no sabes conducir muy bien, además no tienes licencia! __ No va a pasar nada, ¡ya Dios me ha castigado lo suficiente! ¡Debe estar ocupado con alguien más a quien joderle la vida!Rebeca, sin querer, le dio las llaves de su auto a Victoria. No quería enfrentar la furia de su amiga en ese momento. Si había golpeado a Andrés, que era el jefe, ¿qué haría con ella, que solo eran amigas?
Brenda maquinó su plan en contra de su ex amiga. Había golpeado a Andrés delante de todos, y además parecía estar persiguiéndolos. Victoria debería darse por vencida. Andrés la había escogido a ella, debía rendirse y huir en busca de su propia felicidad. Estaba feliz de que Andrés la despidiera, pero pensándolo bien, era mejor y mucho más placentero verla sufrir. Quería restregarle en la cara su felicidad, que sintiera envidia, que sintiera rabia de ver cómo ellos eran felices y, sobre todo, que se diera cuenta de que ella ahora sería muy adinerada al casarse con ese acaudalado hombre. Y, lo más importante, que se convertiría en su jefe inmediato, así podría humillarla a su antojo.Se despidió con un apasionado beso de su prometido y dijo que se encontraría con Karoll para continuar buscando el lugar perfecto para la boda. __ Salúdame a mi querida hermanita. __ Ok, amor.Brenda corrió a la oficina de recursos humanos, necesitaba hablar con Martha urgentemente. Entró a la oficin
Ahora Martha debía llamar a Victoria para hacer que viniera hasta la oficina a firmar este nuevo contrato, o ir hasta donde ella estuviera para que lo firmara, sin darse cuenta de lo que realmente decía, sin que pudiera enterarse por ahora.Victoria, en el auto, lloraba desconsolada. ¿Cómo era posible que esto estuviera pasando? En ese momento, se sentía igual que cuando tuvo la cita con Andrés. Ese día la marcó demasiado fuerte. ¿Qué karma estaba pagando? - ¡Ni que hubiera matado a un cura para recibir tanto castigo! -se dijo, refiriéndose a su suerte algo torcida.Decidió detener el auto y calmarse. Así como estaba, tan mal y a la velocidad que iba, Diosito podría llevársela rápidamente al cielo, y eso no lo quería aún.Una Coca-Cola bien fría no le caería nada mal. Se detuvo en un puesto de comidas rápidas en el centro comercial Manhattan para calmar su sed. Quería pegarse una borrachera con licor y olvidar sus penas, pero no. Esa borrachera la tendría algún día bailando con sus am
Victoria olvidando ya lo sucedido, llegó feliz a casa, contándole a su tía el día tan difícil que había tenido, pero que al final todo mejoró con la devolución de su empleo. Para festejar este acontecimiento, le dijo que saldría con Rebeca y su novio Tomás. Su tía no puso ningún problema, total, su sobrina no le importaba mucho.Brenda se saboreaba la venganza contra Victoria por haber golpeado a Andrés y dejado en ridículo frente a todos los empleados. Se imaginaba todo lo que le haría a su ex amiga para que sufriera y finalmente se diera cuenta de que Andrés no era para ella. Ahora se estaba poniendo hermosa para salir con su prometido a una cena romántica, y luego se irían al apartamento del norte para continuar solo ellos dos y disfrutar del uno al otro.Pero Brenda, tenía que preguntarle a su prometido Andrés por qué había echado a Victoria, antes de que ella le diera la bofetada. ¿Acaso era por algo referente a la cita donde él no la eligió como su novia? __ No quiero tener
Estando muy cerca del baño, vio a Victoria, que hablaba por su teléfono móvil. La observó por un momento; era la primera vez que lo hacía con detenimiento. Tenía una estatura promedio, era delgada, de piel un tanto morena, su cabello castaño y ligeramente ondulado. Recordó haber visto sus ojos grises en su primera cita. Además, tenía un muy buen cuerpo y un trasero notable. ¿Por qué antes no me había fijado en ese gran trasero? Pensó, sintiéndose un mal observador. Ahora ella estaba allí, dándole la espalda, mientras él la miraba de arriba abajo. Para cualquier hombre, esa mujer era una delicia. Estaba en esos pensamientos cuando vio a alguien acercarse a ella: un hombre, que podría ser su nuevo novio. El hombre la tomó por sorpresa, tapándole la boca e intentaba llevarla al baño de hombres. Ella dejó caer su móvil e intentó desesperadamente defenderse de su atacante. Andrés, instintivamente, corrió a ayudarla. El delincuente intentó cerrar la puerta, pero Andrés lo detuvo con fuerza