Andrés observó las fotos de Victoria; en realidad, era ella, hermosa y muy sensual. No había manera de saber si las fotos habían sido adulteradas, porque era su cara, su cuerpo. Entonces, ¿acaso ella sí se había tomado esas fotos y ahora estaba arrepentida de habérselas tomado? Lo terrible era que ahora la estaban extorsionando y, más adelante, quién sabe qué más le pedirían a cambio.
Daniel, preocupado por la ausencia de Victoria, la llama insistentemente. No es normal que ella no le haga al menos una llamada o un mensaje. Por ello, le pide a su hermano Andrés que la busque para saber si está bien o si necesita algo.
Antonio decidió calmarse y hablar por fin con su hija Victoria. Aún estaba muy molesto con ella, y justo ahora que deseaba retomar su carrera política y lanzarse para alcalde de la ciudad, estaba el escándalo de su hija. Además, nadie sabía que esa joven era hija suya, aunque llevara el apellido Caballero. Victoria, aunque estaba muy dolida por las palabras de su padre,