La búsqueda de empleo para Victoria ya había comenzado unos meses antes. Ya había terminado su carrera como publicista y se sentía preparada para trabajar. Entre todas las llamadas que había recibido de posibles trabajos, ninguno ofrecía un salario mínimamente serio, y en realidad, ella sentía que valía mucho. Estaba preparada profesionalmente, había sido la mejor de su clase con excelentes notas, por lo que se sentía muy valiosa. Por momentos sentía la necesidad de dirigirse a la empresa de su padre, para pedir el empleo soñado, total era hija de Antonio Caballero, el dueño y señor de la empresa, la cual tenía más de cien empleados y había sido mencionada en revistas y periódicos de la ciudad como una de las empresas de publicidad más prósperas del país, pero el orgullo la detenían, tenía muchos años que no sabía de él y presentarse así como si nada, de seguro sufriría una gran decepción y posiblemente humillaciones y burlas por parte del personal directivo que no sabían de su existencia.
En la cena con su primo David, tocaron el tema de su primer empleo, ya que había salido de la universidad hacía pocos meses y deseaba conseguir cuanto antes un buen trabajo en el cual pudiera aplicar todo su conocimiento, pero su espera y persistencia por fin lograron lo que tanto deseaba, un empleo.
Victoria, emocionada, le escribió un mensaje de W******p a Rebeca para contarle que la habían llamado de la empresa RGBranding y empezaría mañana. Con sorpresa y alegría, su amiga le respondió que a ella también la habían llamado. ¡Esto era genial para las dos amigas que siempre estaban juntas!
La campaña duraría seis meses y habían sido contratadas como auxiliares de los publicistas encargados. Debían crear piezas publicitarias, editar videos, tomar fotos. Eran muchos jóvenes contratados en su primer empleo, desde servicios generales, publicistas, administradores, técnicos, sonidistas, camarógrafos, modelos, entre otros.
Al llegar a la agencia de publicidad, Rebeca la esperaba impaciente. Victoria estaba molesta con el transporte público de esta ciudad, era una tortura viajar en autobús, se detenían en todos los paraderos, el conductor se peleaba con los pasajeros, había que viajar casi siempre de pie y lo más terrible, expuesta a que te robaran todo.
"Órdenes aquí, haga esto, esto también, entreguen a tiempo", y todas esas exigencias para los nuevos, pensó Victoria mientras recordaba las palabras de su madre, de tener paciencia, no rendirse, que las cosas nuevas siempre causan nerviosismo y ganas de huir y dejar todo tirado, pero ella era consciente de la necesidad de conservar este empleo, ya que su madre y ella necesitaban este ingreso, ya que había muchas deudas por pagar y este era su única esperanza.
A las dos de la tarde, la salida finalmente llegó. El cansancio y el hambre se apoderaron de las dos amigas, pero tenían muchas cosas que contar en su primer día de trabajo. El regreso de Victoria nuevamente a casa de su tía le causaba estrés, los molestos trancones, el ruido, los tumultos de gente en los paraderos, la carrera que siempre llevaba la gente en esta ciudad y lo que más le causaba molestia era la actitud de sus primas hacia ella, la odiaban eso era más que seguro, por eso ella llegó, se preparó un café y un sándwich, lavó los platos, recogió todo el desorden que dejaron, tomó una ducha, decidió recostarse un rato y luego llamaría a su madre para contarle como le había ido en su día. Así transcurrieron esos 6 meses de su primer empleo, todo era rutinario y ya se tornaba un tanto aburrido, pero tenía que seguir, y más ahora que el contrato estaba por terminar y quedaría sin empleo y con la desesperanza de seguir viviendo en casa de su tía con sus primas.
Brenda estaba viviendo los mejores días de su vida. Andrés era un hombre guapo, adinerado, fogoso y encantador. No había un día que no la llenara de regalos ¡costosos! Cosa que le agradaba sobremanera. No sentía culpa por quitárselo a Victoria en las narices, pero —pensándolo bien— solo era una cita; ellos no tenían nada, y total, Andrés se fijó en ella y no en Victoria.En estos meses de intensa pasión, Brenda y Andrés pusieron fecha para su boda. No había que esperar para dar el sí; se amaban, se deseaban, se gustaban. Andrés tenía todo para hacer feliz a Brenda y darle el mundo si ella se lo pedía.—Vic, querida prima, quiero ofrecerte un trabajo con el que ganarás un buen dinerito ahora que estás nuevamente desempleada.—Cálmate, primo empresario. Solo llevo un día sin empleo, y, además, he pensado en ir a la empresa de mi padre, buscarlo y pedirle un empleo digno.—Eso está bien, pero necesito tu ayuda en esto. Bianca y yo necesitamos expandirnos, mostrar nuestro negocio, y pensa
La llegada del dueño de la empresa tenía todo patas arriba. Se rumoraba que, por su boda, les haría buenos regalos a sus empleados.Todos afirmaban que era un hombre muy generoso con sus empleados y colaboradores, y pronto estaría en la ciudad para contraer matrimonio con su joven prometida. Además, los chismosos también decían que todos sus empleados estaban invitados al magno evento, en el que se casaría con la mujer que le había flechado el corazón.Mientras daba los últimos retoques a una pieza gráfica publicitaria para los nuevos autos en el mercado, Victoria escuchó la algarabía de los empleados. Todos salían de sus oficinas y se dirigían al gran salón principal, donde se realizaban las reuniones y las fiestas de la empresa. Pensó que era algún simulacro contra terremotos o algo parecido. Fue la última en salir de la oficina y dirigirse al salón.Qué gran sorpresa se llevó Victoria. El jefe del que tanto se hablaba en esos días era nada menos que Andrés, el hombre que la había d
Victoria y toda la familia estaban preocupados por David y Bianca. Se habían endeudado para colocar su nuevo proyecto, un salón de eventos llamado Dubái. No les estaba yendo mal, pero necesitaban un empujón más de capital y su padre se lo había negado alegando que no estaba para perder dinero. Victoria quería ayudarlo, ya que era el único de la familia que se preocupaba por ella, su tía y primas la odiaban. Tomó su teléfono móvil y decidió buscarlo para ver qué se podía hacer con el negocio y evitar perder todo lo que ya se había invertido, lo peor, quedar con grandes deudas.-David, ¿dónde estás?-Hola, Vick, estoy en el salón de eventos. Estoy buscando una salida a este problema.-Ok, quédate ahí, voy en camino. Necesito que hablemos seriamente, tú y yo.David la estaba esperando en su oficina para ver qué era eso tan importante que su prima tenía para decirle.-Vick, me tienes en ascuas, pensando en qué tienes para decirme. __ David, sé que le pediste ayuda a tus padres y dijer
Victoria estaba decidida a irse de la ciudad y regresar a su pueblo. No estaba dispuesta a ver a Brenda y a Andrés todos los días en la empresa, demostrando su amor, pues eso le resultaba humillante. Ya se sentía como una tonta perdedora, y eso era más que suficiente. Sin embargo, antes debía ayudar a David con la publicidad de Dubái y con una propuesta comercial de la empresa en la que trabajaba, relacionada con la bebida energizante Iceberg. Realizaría esas dos tareas pronto y, después, se marcharía a su pequeño pueblo, Purísima.Debía presentar hoy la propuesta de la bebida energética Iceberg ante los empresarios. Se elegiría la mejor entre más de 10 propuestas presentadas por varias empresas de publicidad. RGBRANDING tenía tres propuestas, y las tres participarían. Victoria presentaría una que había sido seleccionada por varios altos ejecutivos.Muy temprano, Victoria ya estaba repasando su propuesta: "Iceberg, más cerca de ti". Se había levantado temprano para poner en práctica l
El Dr. Andrés Castillo, quien acababa de llegar a la empresa, había leído varias de las propuestas durante el vuelo mientras se dirigía a la ciudad. Le había gustado una y le había dado el visto bueno, pero, por desgracia para él, esa no fue la que la junta directiva escogió. Quiso ponerse al tanto de lo sucedido en su ausencia y solicitó a la secretaria la grabación de las propuestas y toda la información disponible en formato digital.Se interesó por la propuesta ganadora. Había que averiguar ¿por qué había ganado? Lo que le llamó la atención fue la expositora; no la había visto antes en la empresa, pero su rostro le parecía familiar. Se dirigió a recursos humanos con la carpeta que le habían entregado con la información de la reunión. Estaba molesto, ya que no contestaron sus llamadas para que le trajeran el currículum de esta empleada. En ese momento, su móvil sonó, y se dispuso a contestar sin darse cuenta de que alguien venía hacia él con muchos documentos en las manos, que le i
Victoria, bastante molesta y herida en su ego, tomó lo poco que tenía en la oficina y se dispuso a marcharse.Su amiga Rebeca la acompañó en silencio, mientras los demás empleados las observaban y murmuraban terribles cosas sobre ella. ¿Cómo era posible que hubiera abofeteado al jefe? ¡Él era un mal jefe, un desgraciado! Pero… ¿golpearlo? Y aunque los murmullos no cesaban, en el fondo estaban felices, por fin alguien le había dado su merecido al ogro Andrés Castillo. __ Rebeca, amiga, préstame tu auto, ¡yo te lo llevo hasta tu casa después de llevar mis cosas a la casa de tía Helena! __ ¡Pero… tú no sabes conducir muy bien, además no tienes licencia! __ No va a pasar nada, ¡ya Dios me ha castigado lo suficiente! ¡Debe estar ocupado con alguien más a quien joderle la vida!Rebeca, sin querer, le dio las llaves de su auto a Victoria. No quería enfrentar la furia de su amiga en ese momento. Si había golpeado a Andrés, que era el jefe, ¿qué haría con ella, que solo eran amigas?
Brenda maquinó su plan en contra de su ex amiga. Había golpeado a Andrés delante de todos, y además parecía estar persiguiéndolos. Victoria debería darse por vencida. Andrés la había escogido a ella, debía rendirse y huir en busca de su propia felicidad. Estaba feliz de que Andrés la despidiera, pero pensándolo bien, era mejor y mucho más placentero verla sufrir. Quería restregarle en la cara su felicidad, que sintiera envidia, que sintiera rabia de ver cómo ellos eran felices y, sobre todo, que se diera cuenta de que ella ahora sería muy adinerada al casarse con ese acaudalado hombre. Y, lo más importante, que se convertiría en su jefe inmediato, así podría humillarla a su antojo.Se despidió con un apasionado beso de su prometido y dijo que se encontraría con Karoll para continuar buscando el lugar perfecto para la boda. __ Salúdame a mi querida hermanita. __ Ok, amor.Brenda corrió a la oficina de recursos humanos, necesitaba hablar con Martha urgentemente. Entró a la oficin
Ahora Martha debía llamar a Victoria para hacer que viniera hasta la oficina a firmar este nuevo contrato, o ir hasta donde ella estuviera para que lo firmara, sin darse cuenta de lo que realmente decía, sin que pudiera enterarse por ahora.Victoria, en el auto, lloraba desconsolada. ¿Cómo era posible que esto estuviera pasando? En ese momento, se sentía igual que cuando tuvo la cita con Andrés. Ese día la marcó demasiado fuerte. ¿Qué karma estaba pagando? - ¡Ni que hubiera matado a un cura para recibir tanto castigo! -se dijo, refiriéndose a su suerte algo torcida.Decidió detener el auto y calmarse. Así como estaba, tan mal y a la velocidad que iba, Diosito podría llevársela rápidamente al cielo, y eso no lo quería aún.Una Coca-Cola bien fría no le caería nada mal. Se detuvo en un puesto de comidas rápidas en el centro comercial Manhattan para calmar su sed. Quería pegarse una borrachera con licor y olvidar sus penas, pero no. Esa borrachera la tendría algún día bailando con sus am