Daniel moría de ganas por ver a Victoria, pero ella le dijo que, por esos días, estaría muy ocupada con un trabajo que tenía que hacer y era de suma importancia para ella. Esto fue terrible para él, ya que deseaba verla por encima de cualquier cosa. Ella decidió complacerlo y le hacía videollamadas en las horas de la noche para contarle cómo era su día.
__ ¡Quiero hacerte una invitación! Pero no sé cómo está tu pierna.
__ Esto me gusta, voy a hablar con el doctor. ¿Y la invitación es...?
__ ¡Es una sorpresa!
__ Ok, me gustan las sorpresas.
La semana de la publicidad había comenzado, y ya estaban las empresas listas para dar a conocer sus productos y servicios. Para Victoria, participar con la empresa de su padre fue un gran reto. Deseaba que su padre pudiera al menos conseguir un contrato con la firma china que vendría al país a expandir sus negocios. Eso significaba inversión de capital, ventas internacionales, y reconocimiento a nivel regional y mundial. Sería muy buen