El miedo se apoderó nuevamente de Victoria; estaba sola y a merced de este par. Recordó lo que le sucedió hace unos años cuando fue encerrada por Marcela y Daniel la golpeó y abusó. Ahora se encontraba en la misma situación de vulnerabilidad y sabía que la historia se repetiría. Rogaba que Andrés llegara a salvarla.
Mientras Victoria era presa del pánico, Andrés llegaba a la casa con el corazón lleno de alegría; le pediría la mano a ella y así esta turbulenta historia de amores y desamores tendría un final feliz.
Daniel deseaba castigar a Victoria. En realidad, no sabía si la amaba o la odiaba por haberse acostado con Andrés y burlarse de él mientras estuvo recluido en un sanatorio en contra de su voluntad. Y al tenerla frente a él, empezaría por cobrarse un poco su dolor. Victoria seguía perpleja, sin saber qué hacer o decir.
La abofeteó tan fuerte que ella estuvo a punto de caer al piso; de inmediato él la sujetó y la recostó contra la pared, la tomó del cabello e hizo que lo mirara