El llamado urgente de Andrés al fiscal fue para que sacaran a las niñas del apartamento de Victoria, ya que ella le había dado poca importancia al asunto y él no permitiría que les sucediera algo. Una patrulla de la policía, conformada por mujeres, acudió al lugar para llevar a las niñas a la casa de los Castillo. Por ahora, era el lugar más seguro para ellas.
Andrés recibió una llamada en su móvil, donde le informaban que uno de sus empleados había sido baleado muy cerca de la empresa. Era Peter, quien, al estacionar y bajarse del auto en el centro comercial, fue abordado por tres hombres que le dispararon a quemarropa con un silenciador. Los conductores de autos cercanos no se percataron de su muerte hasta que se acercaron al ver la puerta abierta; él se encontraba tirado en el asiento del conductor. Era de esperarse que las cosas se pondrían peor, pensó Andrés, y aun así Victoria estaba muy tranquila, como si nada estuviese pasando. Lo importante ahora era que las niñas estaban fue