Caminamos por el bosque en completo silencio. Gracias a mi lobo, podía ver mejor el camino.
"Gira a la izquierda" — me dijo mi lobo. Seguí su indicación.
"Tengo la sensación de que estamos caminando en círculos" — me quejé a mi lobo, una hora más tarde.
"Estamos yendo a dónde hay más silencio. Necesito concentración, no es fácil" — replicó mi lobo.
Continuamos avanzando por el bosque, sin seguir un orden aparente.
Dos horas después iba a replicarle de nuevo a mi lobo cuando un olor familiar llegó a mi nariz. Me paré en seco.
— Humo — les susurré a Kael y Kelly lo más bajo posible. Esperaba que me hubiesen escuchado y que quiénes lo hubiesen hecho no tuviesen un oído muy desarrollado.
Continué avanzando con precaución. Pude ver un momento a Kael con algo en la mano; estaba convencido de que era alguna de sus armas.
Cambié mi postura a la de un comerciante agotado: encorvé la espalda, dejé caer los hombros, suavicé el agarre de la carreta. Entreabrí ligeramente la bo