Capítulo 4

Mijail 

—Organiza una junta con mis hijos, e informales —La secretaria de papá asiente a su pedido. Nos encontrábamos trabajando.

—¿Junta? —Me siento al frente suyo.

—Lo que pasó hoy no puede volver a suceder —Prendió un puro y giró su sillón dándome la espalda.

—¡Cómo tu digas! —Salí hacia mi oficina pero antes le dejé un presente a Aurora, la secretaria de papá.

—Muchas gracias joven Mijail —En la noche Giselle dejó un bombón en mi saco, esta mañana al cambiarme lo encontré.

—Lo mejor para la mejor secretaria —Le guiño un ojo y voy a mi oficina, Aurora es una mujer de unos 47 años, está casada y es la única de la oficina que no se abrió de piernas para mi.

—¡Buenos días Mijail! —Me saluda Casandra mi secretaria al pasar, sólo la miro y entro a mi oficina sin responder su saludo.

—¿Podríamos hablar? —Entra detrás mío y se sienta en mi escritorio cruzando sus piernas.

—Sal de mi oficina ¡Ahora! —Ella seguía sentada allí y la tomó del brazo sacándola fuera.

—Eres un... —Se quedó callada y volvió a su escritorio.

—Asi me gusta, ahora ve hacer tu trabajo sino quieres que te despida —Volvi a mi oficina cerrando de un portazo, seguí trabajando por suerte Casandra no volvió a intentar nada, odiaba está fama de chico malo que se folla cuánta mujer se le cruza, pero era mi naturaleza, desde chico que solo disfruto del buen sexo, nada ni nadie me va hacer cambiar.

—Tomen asiento —Media hora después, estaba en la dichosa junta que mi padre organizó junto a mis hermanos mayores.

—¿Cuál es el motivo de la junta? —Pregunta Sergei.

—Primero quiero que dejen de hacer estupideces, tu y Sergei podrían dejar de follar con las empleadas domésticas —Alexei se levantó y se paró para irse pero nuestro padre lo freno.

—¡Por favor padre! es en serio —Le responde Alexei.

—Vuelve a tu asiento Alexei, lo que pasó esta mañana no puede volver a suceder, su madre sufre con sus actos —Sergei empezó a reírse y dijo.

—Porque no mandas a Svetlana a Rusia con el abuelo o mejor aún casarla con uno de los viejos de la Bratva —Me sorprendí ante lo que él decía de la revoltosa de mi hermana.

—¡Eso jamás! Ella ya tiene arreglado su matrimonio con el hijo de la familia Petrov, cuando mi moya Koroleva <mi reina> cumpla los 21 años.

—Por favor padre, estás diciéndome que dentro de tres años vas a cerrar ese trato —Sergei era el más interesado en que nuestra hermana sea casada y llevada a Rusia.

—¡No veo el problema! tu te casaste hace un año y estás haciendo todo mal al igual que ustedes dos, sienten cabeza en especial tú Alexei, deja de enredarte con las empleadas y tu que crees Sergei que Olenka no se da cuenta, tienes una mujer que respetar, somos Ivanov y nada puede manchar nuestro nombre.

—Nadie sabría nuestros enredos de no ser por esa niña, escúchame bien padre Svetlana te traerá más problemas que los nuestros —Sergei se retira de la junta y quedamos los tres.

—No estoy de acuerdo con Sergei y tampoco contigo —Le hago saber mi postura a mi padre.

—Si me preguntan estoy de acuerdo con Mijail, casar a Svetlana con ese vejete...

—Eso no es tema de discusión, no les pido que dejen de follar, solo háganlo fuera de la casa —Mira en dirección de Alexei quien al igual que Sergei cogían con las empleadas del servicio doméstico. 

—Sabes que nunca me enredare con una empleada —Dije firme ya que odiaba a esas mujeres, por una de ellas perdí la confianza en el amor.

—¡Y una prostituta si! —Me largo mi hermano.

—De qué hablas, Mijail ¿volviste al cabaret?

—Claro que no y podríamos dejar de hablar con quién cojemos, ya no somos niños padre, y creo que mis hermanos entendieron.

—Confiare en su palabra, ahora vuelvan a trabajar —Salí de allí directo a mi oficina.

—Podrías dejar de meterte en mis asuntos —Ingresa mi hermano Alexei a mi oficina sin siquiera golpear.

—Solo dije la verdad...

—¿Cuál es tu problema? Que mi chica solo folle conmigo.

—Que carajos estás insinuando —Me levanté furioso de mi asiento y llegó de una zancada hacia él para tomarlo del saco.

—¡Yo que tú me soltaría! —Siento el metal de mi arma dorada en mi cuello, Alexei tenía la ventaja de actuar en frío y era más ágil que yo.

—¡Eres un imbécil! —Lo solté y fui a servirme whisky.

—Solo deja de joderme, por cierto deberías probar de cogerte una chica del servicio, son rápidas y solo será para ti.

—Crees que soy capaz de caer tan bajo como tú —bebí el contenido de mi vaso mientras veía a mi hermano sentarse nuevamente.

—Es un consejo de hermano mayor —Subió sus pies a mi escritorio.

—Ya veo que sigues los pasos de Sergei, dime se la cojen en la cocina, hacen un casting para elegir la más bonita o cómo le hacen.

—Una mujer es una mujer, pero tu que puedes saber solo te cojes Barbies plásticas —En ese instante juro que quería tomar mi pistola y matarlo, pero intenté calmarme se que lo hace para fastidiarme.

—¡Con permiso señor Ivanov! afuera lo buscan —Ingresa Casandra sin siquiera molestarse en golpear la puerta.

—¿Quién es? —Le pregunto fastidiado mientras Alexei pierde su vista en el culo de ella.

—El señor Boris Volkov. 

—¿Algo más? —Ella seguía parada allí como esperando nose algo. Negó con su cabeza.

—¡Entonces vete! Y si sirves para algo trae café y haz pasar a Boris —Prácticamente le escupí a la cara. Ella me miraba con furia y salió de mi oficina, tras su salida ingreso mi amigo.

—Veo que el mal genio es hereditario —Me dice Boris al ingresar a mi oficina.

—Y tú no sabes cerrar la boca, ¿Te olvidas dónde estás? —Me levanto de mi sillón y llegó a él dándonos un abrazo y luego un apretón de manos.

—Claro en el Imperio Ivanov —Nuestra familia tenía una empresa de joyas de oro, éramos líderes en el mercado, tanto financiero legal como en el tráfico de joyas ilegales.

—Pensé que no volverías —Le dijo Alexei quien al parecer no estaba contento de verlo.

—Porque no lo haría —Le señale la silla frente a mi escritorio y tomó asiento. Luego Alexei salió dejándonos solos.

—Sucedió algo en mi ausencia —Boris trabaja con nosotros, era uno de los mejores sicarios de la zona, nuestro padre lo trajo a casa para ayudarnos a saldar cuentas con cierta gente pesada, los Ivanov además de ser niños ricos y bonitos, eran sanguinarios. Mataban a todo aquel que se pusiera en su camino, eran una de las familias más temidas, y su unión con los Volkov los volvió más peligrosos.

Camila

Al ingresar nuevamente al cabaret, el grandote de la puerta me deja entrar sin problema, camine por el pasillo lentamente admirando los cuadros de bailarinas que colgaban en cada lado , cuadros que no había notado en la mañana, todas y cada una de las mujeres llevaban antifaces. Seguí hasta entrar nuevamente al salón y había más personas, varias bailarinas vestidas con ropa interior de colores llamativos , medias de red y ligas, también llevaba una bata transparente con plumas en los bordes, todas estaban súper maquilladas, también note que su cabello era artificial.

—¡La princesa volvió! —Gire a mirar al bartender, era el mismo chico que esta mañana habló conmigo.

—¿Quién es está? —Una de las chicas que estaba vestida con un conjunto color lila, que consistía en un corset con medias de red negras y zapatos tacon aguja, su cabello era todo rosado con tonos lilas en las puntas.

—¡Giselle vuelve a tu lugar y deja de estar de chismosa —Dijo otra de las chicas que tenía puesto una media de red en su cabeza, ahí supe que mi teoría de la peluca es cierta.

—¡Soy Melina! —Extiende su mano —Pero aquí me conocen como Maia, y esta es la yegua de Giselle, aléjate de ella.

—Mejor te callas y busca un cliente que pague bien.

—Me das pena, sigue cojiendo con el rusito, jamás serás más que su puta.

—No digas así ¡Mijail me quiere!

—Si a ti y a cuántas más, ¡prostituta! —Le dijo con sarcasmo cerca de su cara.

—Suficiente ¡Giselle! Está noche trabajarás en la barra junto a Charly y Maia estarás en el caño.—Si no recuerdo mal la señora que está regañando a estas niñas es Mimi.

—Pero y Mijail... 

—¡A la barra! El joven Mijail no necesitara más tus servicios, me pidió que buscara un reemplazo —Giselle pataleo y salió empujando a Maia.

—Tu a tu lugar ¡y tú! —Me miró fijamente. —Ven a mi oficina. —El cabaret está por abrir, no queremos que los clientes te vean —Subimos unas escaleras que nos conducían a su oficina.

—Toma asiento —Al ingresar a su oficina todo es llamativo, al centro un escritorio lleno de papeles, su sillón es color rojo, la pared detrás suyo está provista de máscaras de diversos colores, frente a su escritorio hay un enorme ventanal que da una vista privilegiada al salón, ahora entiendo cómo aparece siempre que vine, aunque fueron solo dos veces.

—Tu debes ser Camila —Leía de un papel que sostenía con sus manos.

—¡Así es! Me mandó Fey por si necesitaba ayuda y realmente la necesito —Observaba minuciosamente el lugar que estaba en penumbras prácticamente.

—Como te habrás dado cuenta es un Cabaret, aquí las chicas prestan sus servicios, puedes elegir alcoba o caño.

—¡No entiendo...!

—Aquí no voy a obligarte a nada, la alcoba es para prestar servicios con tu cuerpo a los clientes, y el caño es para que solamente hagas pole dance, bailaras solamente allí —Señaló hacia los caños.

—Creo que prefiero hacer pole dance.

—Muy bien, ¿Sabes bailar? —Negué con mi cabeza —No hay problema Macarena va ayudarte, en cuanto a lo demás usarás máscara y peluca como todas mis chicas, ropa interior de encaje que hay en el vestuario, sin excepciones, también cambiaré tu nombre por Masha, es importante que sepas que aquí mantengo la identidad de mis chicas a salvo.

—¿A salvo? No entiendo.

—Es una historia larga, algún día si hay necesidad de contarte lo haré —Le devolví una sonrisa de labios cerrados.

—Entonces... ¿Cuándo empiezo?

—Trabajaras viernes, sábado y domingo, esta semana vas a practicar con Macarena, no queremos una bailarina que no sepa usar el tubo.

—Podría venir después del almuerzo, a esa hora estoy libre.

—Me parece bien, ahora acomódate allí —Señala una silla.

—Debo irme yo no...

—Charly te llevará en cuanto cerremos, ahora necesito que sepas a dónde estás metida —La mire un instante y accedí a hacer lo que me dijo, me senté en la silla a mirar el salón, donde de a poco se llenó de hombres y también había mujeres. Mimi me explicó que recibían a todo tipo de clientela. Las chicas que bailaban en la caño eran súper sensuales, temía no poder estar a la altura de ellas, también me dijo que algunos hombres pagaban bailes privados, y que debía acceder ya que el pago era bueno.

Note cómo es la dinámica aquí, las chicas de caño solo son exclusivas para bailar, los hombres no pueden tocarlas, las de alcoba están distribuidas por el salón y los clientes solicitan a las madamas cual chica quieren, luego pagan el servicio y usan las habitaciones del segundo piso.

Al terminar esta noche me devolvieron a la mansión tal y como Mimi me lo había propuesto.

Mijail 

—¡No cambies más! —Me dice Boris al ingresar al Cabaret.

—¡Buenas noches! Señor Mijail —Nos recibe una de las chicas de Mimi.

—Necesito mesa privada, ¡Solo bailarinas!—Ella nos guió hasta nuestro lugar y se fue.

—¡Señor Mijail! Y solo ¿bailarinas? Que hiciste con mi amigo Mijail.

—Veras Boris, hoy no estoy de humor para coger con ninguna de estas, pero si gustas —Extendí mi mano invitándolo a buscar la presa de esta noche.

—Vamos Mijail te conozco hace bastante tiempo, que podría ser mejor que coger con una puta, no preguntan y obedecen todo lo que pidas —A lo lejos veo a Mimi subir las escaleras seguida de una mujer que nada tenía que ver con el lugar.

—Se vuelve fastidioso cuando esa puta quiere que sea su novio —Reí al recordar a la estúpida de Giselle.

—Sabes que puedo desaparecer —Mire de reojo a Boris, sabía que era el mejor matando y torturando, pero tenía otros planes.

—Mejor aún, podrías pedirle a uno de los tuyos que le hagan una advertencia ¡Tu ya sabes! —Prendí un cigarrillo y le di una calada.

—Dime su nombre y estará hecho esta misma noche.

—Ves la mujer de la barra, la de cabello rosa —El asintió —Se ha vuelto un fastidio, me gusta el lugar y verás que hay variedad de mujeres listas para follar, la podría matar yo mismo si quisiera, pero soy un Ivanov no puedo mancharme las manos con una prostituta.

—¡Está hecho! —Luego de un par de mensajes Boris me ayudó con mi problema.

—Ahora cuéntame cómo está eso que el gran Vladimir Ivanov te prohíbe visitar su Cabaret.

—¡Aún no lo se! Se que hay algo detrás de todo esto, más que la reputación que dice hay que cuidar. A la medianoche nos fuimos cada uno a su casa. Al día siguiente tenía una importante reunión con nuestro padre.

—Quien es la muchacha que está con Mimi —Le pregunté a Frank al salir.

—Usted sabe que no puedo responderle...

—¿Y tú sabes que tengo el poder de despedirte?

—Le recomiendo que averigüe quién es el nuevo dueño —Desconoce la veracidad de sus palabras, decidí irme sin refutar ya que más pendejo no podía quedar delante suyo. Ya mañana mi padre tendría que darme su respuesta ante esto.

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