Sarah Los días pasaban uno a uno, mientras mis fuerzas volvían de a poco. No obstante sabía que no sería suficiente, debía de entrenar. No sabía cómo pedírselo a Nicolás, la petición estaba segura no sería de su agrado. Lo postergue cuanto pude, pero en mi mente sabía que tanto Hanna como yo debíamos de ser más fuertes. Si pensaba ir a buscar respuestas, nada me aseguraba, no encontrar también dificultades. Nicolás, - comencé a hablar, necesitaba decirlo antes de arrepentirme- tengo algo que pedirte-.Cerré mis ojos, no quería ver su reacción una vez que supiera mis deseos, - He mejorado de a poco, pero no ha sido suficiente- no pude evitar cerrar los puños envueltos en una manta de franela que cubría mis piernas, mientras hablaba con él. No podía evitar estar nerviosa, sin embargo sabía que el momento de decir lo que pensaba, había llegado. -Quiero entrenar en el cuartel, quiero ser más fuerte-. Subraya se torció en una mueca macabra en la que se encontraban sentimientos tales
NicolásSarah mejoraba cada vez más, su agilidad, su velocidad, su tenacidad y perseverancia eran algo de admirar. A pesar de que en un inicio no estaba seguro de entrenar con ella, caí en cuenta de que había sido la decisión correcta. No sólo entrene con ella, ella me entrenó a mí, me enseño a trabajar en sincronía con ella, cada movimiento tenía un lenguaje, debía ser fluido si deseaba que fuera eficaz. Gabriel, Antoine, Michelle y Diane poco a poco se nos unieron. Pero la realidad fue que ellas nos estaban enseñando a nosotros. Ninguno lo reconocería abiertamente, pero sabíamos que eran excelentes guerreras y entre ellas un gran equipo. Tras algunas secciones de entrenamiento Sarah pudo transformarse, lo que también fue un gran alivio y un gran problema con Shadow, que cada entrenamiento se ponía más cascarrabias. Comprendía lo que sentía, yo tampoco quería que se hiciera daño. Era una Loba excepcional, una hembra admirable y me moría de ganas de reconocerla como mi Luna, la Lun
Sarah El gran día había llegado junto con la primavera, celebrariamos nuestra boda al aire libre, todo era como un sueño. Diane y Michelle se habían encargado de todos los preparativos. habían colocado lirios blancos en las mesas con manteles claros, farolillos de luz iluminaban nuestro alrededor. Nicolás le pidió a un viejo amigo suyo que oficiará la ceremonia, todo era mágico. Yo Nicolás Aspen, Alpha de manada de las Sombras, te reconozco a ti Sarah White, como mi pareja destinada... - lágrimas de emoción, rodaban por mi rostro, sentimientos encontrados se extendían por mi interior, era algo que no había experimentado nunca. La manada de sombra vitoreaban nuestra Union, - Queridos miembros de la manada de las Sombras, he aquí su Luna- sus gritos resonaron por todo el lugar. La recepción, era más un evento politico que una fiesta, debía de socializar con los miembros de las manadas vecinas, con la finalidad de afianzar futuros tratados. Un grupo de Lunas por aquí otro d
James Que hago aquí? - era una pregunta recurrente durante esa noche, no debí dejarme convencer por Camille, pero deseaba verla y saber que estaba bien. Cuando el Beta Iván solito, que Camille y por consecuencia yo lo acompañaremos, inicialmente pensé en negarme, no quería provocar a la Bestia. Mi relación con Camille había sido tensa desde que regreso a la manada, sus mil y un reclamos por no ser reconocida como Luna, ya me tenían arto. Ella culpaba a Sarah por todo, cuando su único error había sido creer en mí. Cuanto me había equivocado y cuanto deseaba que esta boda fuera bajo tu consentimiento y no descubrir con el tiempo que había sido obligada, no lo soportaría. Desde la noche que la rechace, me dedique a creer que ella sería feliz en donde quiera que pudiera estar, que tal vez la Bestia, un día la liberaría y ella no se, podría regresar a mi lado, aquí siempre tendría su lugar. Más, desde que Camille quedó embarazada el reclamo se volvió constante, un sentimiento de
Sarah James tal vez no notaba que sus palabras lejos de calmar las cosas solo avivaron el fuego. Camello se aferraba a su brazo, tratando de atraer su atención, más sus ojos permanecieron fijos en mí. -Que pena-... Nicolás tenía una aura retadora, -Pero, tu desgracia ha sido mi fortuna- Ví a James cerrar el puño, pero no intentar nada en contra Nicolás. Por fin Nicolás y yo nos apartamos mientras que el llanto patético de Camille aún se oía detrás de nosotros. Sentí pena por Camille, aunque en algún momento hubiera sido la bruja de mi cuento, ahora sólo era una pobre loba resentida. Me pregunte si esa habría sido yo, si nuestro tóxico triángulo amoroso no hubiera llegado a su fin. Busque con la mirada a mis amigas, ellas estaban realmente felices, siendo las parejas de los Betas de Nicolás, no recordaba haberlas visto nunca tan contentas, la que alguna vez creía la cruel jugada del destino había sido lo mejor que nos paso a nosotras tres.La fiesta siguió sin más problemas, cua
Sara Me dirigí a la casa de la manada, que no era más que un edificio enorme en el centro de todo, las personas entraban y salían en todo momento. Era obvio que aquí no podían vivir todos los miembros de la manada, más era de esperar que aquellos lobos sin emparejar lo hicieran. El edificio estaba en malas condiciones, a comparación con el nido, se veía que aquí nadie había mostrado el más mínimo interés. La madera crucial al caminar, el viento se colaba entre los tablones, había señas de moho y humedad. Definitivamente tendría mucho trabajo por hacer. Un niño de alrededor de doce años paso por su costado corriendo, lo cual llamó su atención por el hecho de que en este lugar no vivían familias, la sensibilidad de una loba en cinta no permitiría crear aquí un hogar. Un grupo de veinte o treinta niños se alzó frente a mí, temerosos, desaliñados.- Hola pequeños-, me acerque con paso vacilante, no quería que salieran corriendo. -Tú serás mi nueva mamá?-, una pequeña tiro de mi ro
Nicolás Ella era un gran Luna, lo supe cuando se plantó en mi Oficina, sus ojos estaban rojos, estaba molesta. Escuche en silencio todos y cada uno de sus reclamos, mirarla tan enfocada era algo gratificante. La manada estaba, ahora en buenas manos. El fuego en su interior, la pasión con la que hacía lo que se proponía. Ella trabajo hombro con hombro en el proyecto de la casa de asistencia. Hacer algo por esos niños, la hacía feliz y eso era todo lo que yo quería. La exploración del Bosque de Pinos aún no había rendido frutos, aún no tenia noticias fueran buenas o malas. Era un alivio verla entretenida, parecía haberlo olvidado, por lo menos por ahora. El haberme encargado solo de la manada, había provocado el declive, en ausencia de una Luna, había cosas que no podía yo solo gestionar. Ahora yo me encargaba del ejército y ella cuidaba de la manada. Pronto prosperaría. No obstante no pude evitar notar, que las cosas no sería fáciles para ella. No obstante era una loba capaz.
Sarah Cuando el trabajo a realizar necesito más manos, no lo dude. Michelle y Diane, sabían lo que había que hacer, no obstante se necesitaría más que el conocimiento de tres ex-Lunas. Busque entre la manada las mejores candidatas y he de reconocer que Sofía era una de ellas. Necesitaba lobas capaces, las tareas a realizar eran de gran importancia. Diane administro la casa de Manada y Michelle comenzó a entrenar a lobas jóvenes, en el futuro requeríamos de todo el Apollo que pudiéramos tener. Sofía y su séquito seguirían haciéndose cargo del nido y yo de la casa de asistencia, todas importantes y necesarias a la brevedad. Mi relación con Sofía era tensa, yo no era de su agrado y ah decir verdad ella no era tampoco del mío. Pero sabía hacer su trabajo, me gustará o no era eficiente, comprometida y tenaz, siempre quiso impresionar a Nicolás, por lo que era realmente buena en su trabajo. Si no fuera por ella Nicolás sería mio- le oí decir en un pasillo, sabía que era su deseo p