Capítulo 37. Las Ganas de Vivir
La mañana siguiente se sintió extraña. En lugar de ir directo a clases, me dirigí al despacho de Alejandro, arrastrando a Mariana y Damon conmigo.
Les dije que necesitábamos a alguien "duro" en Derecho Penal para la tarea. La verdad era que necesitaba una excusa para volver al lugar de los hechos y, de paso, ver a Alejandro.
Alejandro, por supuesto, no estaba. "El ex profesor no se encuentra," me informó la secretaria con una sonrisa educada.
Estaba en una de las empresas que antes eran de mi madre, ocupándose de las finanzas y de que todo estuviera en orden. Fruncí el ceño. Ni siquiera en el trabajo podía estar lejos de mí.
Nos instalamos en una sala de reuniones que daba a un pasillo de la oficina principal. Y ahí fue cuando apareció Fabio.
Entró con esa cara de tío regañón y aburrido que atormenta a cualquiera. Llevaba una carpeta gruesa bajo el brazo.
—¿Y esto? ¿Una invasión estudiantil? —preguntó, con un tono que mezclaba fastidio y condescendencia.
—Alejandro no está y necesitam