Celia se levantó sorprendida de escucharlo. Se acomodó el traje sastre y salió de la habitación con la frente en alto, pero el corazón roto. Incluso Frida estando así, tenía más poder sobre Román de lo que se imaginaba.
—No, señor Gibrand… Nada de eso puede pasar. Los estudios dicen que los hues