—Por eso la necesidad del señor Román para tener a su servicio gente que pueda actuar en el momento… Hay cosas que no pueden esperar —dijo Lorena viendo fijamente a Rainer.
—Bueno… Hay dos en la puerta —dijo Johan entrecerrando los ojos y sonriendo emocionado. Hacía años que no empuñaba una pistola.