190. El helado
Heinz también estaba intrigado sobre cómo lo presentaría. En muchas ocasiones había escuchado negativas de parte de Ha-na y hasta lo había rechazado cuando le hizo su confesión.
—Él es mi novio, Heinz Dietrich —dijo Ha-na, percibiendo como si se hubiera liberado de una carga pesada. Empezó a comer de su helado, que se había derretido en sus manos.
Heinz no pudo evitar una sonrisa tensa en sus labios.
—¿Tú eras el amante de Ha-na? —preguntó otra.
—¿Amante? —comentó Heinz. Frunció el ceño.
—El que se la llevó de su boda —explicó una.
—Comprendo. Pero creo que han malentendido algunas cosas —dijo Heinz son seguridad. Suspiró y arrojó su helado a un lado—. Ha-na y yo no teníamos ninguna relación en esa época. No nos habíamos visto en años.
—Entonces, ¿por qué la besaste y te la llevaste? —preguntó la líder, intrigada.
—Estaba lleno de rabia por lo que le hicieron aquellos dos. Ninguna mujer se merece ser humillada de esa manera —dijo Heinz, con seriedad—. Fui atrevido… La besé y me la lle