189. El paseo
En la tarde, Heinz y Ha-na pidieron permiso pasa salir.
Hield se despidió. A lo lejos, se mantenía Hee-sook, atestiguando todo desde la distancia y el anonimato, sin poder mostrarse ante Hield. Su rostro hermoso se mantuvo inmutable.
Heinz y Ha-na caminaron tranquilamente por la ciudad, disfrutando de la tarde soleada que parecía hecha a medida para ellos. Sus manos entrelazadas transmitían una conexión más profunda que las palabras, un vínculo que se había fortalecido a través de los momentos complicados y las decisiones inesperadas que habían tomado juntos. Mientras avanzaban por las calles llenas de vida, sus miradas se encontraban constantemente, como si cada gestora reafirmara lo que ambos sentían en su interior.
La ciudad vibraba a su alrededor, pero para ellos, todo parecía en calma. Los ruidos de los autos, las risas de los niños jugando en las aceras, incluso el bullicio de los transeúntes, eran un telón de fondo difuso. Cada paso que daban era un recordatorio de cuánto había