Ava Janssen
Londres
–Ava, hija no nos has contado nada de lo que has hecho desde que te fuiste ¿Cómo está todo en New York? – Preguntó mi madre emocionada – A juzgar por cómo te veo, todo está espectacular.
–Sí mamá me ha ido muy bien – Dije feliz – Eryx tiene mucho que ver con mi felicidad.
Lo tome de la mano, nuestros dedos se entrelazaron y me gustaba como me hacía sentir, me gustaba su contacto. Algo que me pasaba cada vez que nos tocábamos.
–Qué bueno hija – Sonrió mi padre – Brindo por usted señor DeCostello, por hacer feliz al tesoro más grande que tengo como padre a mi pequeña Ava.
–Brindemos por Ava, señor Janssen – Dijo Eryx y levantó su copa – Usted y la señora Janssen además de ser un matrimonio ejemplar, han criado a la mejor persona que la vida me ha presentado, a mi hermosa morena, mi Ava y aquí delante de ustedes le prometo a ella hacerla siempre muy feliz.
Lo dicho por Eryx hizo que se me salieran un poco las lágrimas y mis padres, mis demás amigos y los padres de Ja