Al recibir la respuesta, Vanessa se sintió un poco decepcionada, pero al menos la otra parte no la había rechazado de forma directa. Eso significaba que todavía había una oportunidad de negociar.

—Está bien, espero que el señor Aamon lo reconsidere. Me retiraré por ahora.

Después de salir de la oficina del señor Aamon, Vanessa se reunió con varios ejecutivos más, pero todos dieron la misma respuesta.

De vuelta en Cortex, se dejó caer en el asiento y cerró los ojos un momento para descansar.

Tras pasar el día entero de un lado a otro, estaba agotada.

Cuando Luca llegó, su asistente lo detuvo en la entrada.

—Señor Kensington, la señorita Saxon está descansando en este momento y no puede recibirlo. ¿Desea esperar en la sala de recepción?

Al oírlo, Luca frunció el ceño y preguntó con preocupación:

—¿Está enferma otra vez?

La asistente negó con la cabeza, aunque su expresión también era sombría, y le explicó brevemente lo que había ocurrido durante el día.

—Envíame la información y los ant