Los ejecutivos de la compañía dudaron al escuchar sus palabras.

Beatriz percibió su indecisión y continuó:

—Señor Salt, mírelo bien. Leonardo ya ha terminado su contrato con la empresa. Entiendo que quiera ayudarlo como antiguo empleador, pero piénselo: todos están en el mismo círculo del entretenimiento. Ahora que él se ha ido, los conflictos por los recursos con otros artistas son inevitables. ¿De verdad cree que cuando llegue el momento, él seguirá recordando estos sentimientos? Solo es cuestión de tiempo antes de que la relación se deteriore.

Al escuchar esto, la otra parte recordó que tales situaciones eran comunes en la industria del entretenimiento y vaciló aún más.

Al ver su reticencia a tomar una decisión, Beatriz comenzó a impacientarse, considerando abandonar a esta pieza del juego.

Justo entonces, la otra parte finalmente cedió:

—Está bien, señorita Langley, cooperaré con usted, pero por favor, cumpla su promesa.

Al día siguiente, la agencia de Leonardo publicó un comunica