Al escuchar esto, Luca asintió, aunque seguía dudando. Después de que Beatriz se marchara, ordenó a su asistente que investigara el asunto a fondo.

Mientras tanto, Vanessa empezaba a recuperar la consciencia a medida que el efecto de la droga se desvanecía. Despertó rodeada de oscuridad absoluta.

El ruido alrededor era caótico. Vanessa se esforzó por identificar dónde estaba y se dio cuenta de que iba dentro de un vehículo en movimiento, balanceándose de un lado a otro.

—Ejém —carraspeó Vanessa e intentó hablar con el conductor—. Señor Land, no sé quién lo envió ni qué le prometieron, pero si me deja ir, puedo darle lo mismo que ella… no, el doble.

—¡Cállate! Si sigues hablando, te pongo una mordaza —gruñó el hombre que iba a su lado, claramente irritado.

Vanessa no se intimidó.

—Entonces dime qué quieres.

—¡Que te calles, mocosa insoportable!

¡Paaf! El hombre maldijo y le dio una bofetada.

El golpe hizo que su cabeza se desviara hacia un lado. Su mejilla se enrojeció al instante y un