¡Bang!
La puerta se abrió de golpe cuando el abuelo Kensington entró furioso.
—¡Luca, qué acabas de decir? ¿Con quién estabas hablando por teléfono?
Al ver que su abuelo lo había escuchado todo, Luca decidió ir directo al grano.
—Abuelo, por favor, cálmese y déjame explicarle.
—¿Qué queda por explicar? ¡Ezra es tu hijo! ¿Cómo puedes ser tan despiadado como padre? —la voz del abuelo temblaba de rabia, y terminó tosiendo por la frustración.
Luca se apresuró a sostenerlo y lo ayudó a sentarse, sirviéndole un vaso de agua. Cuando el abuelo se calmó un poco, Luca comenzó:
—Abuelo, ya localicé a Ezra. Está bien… el secuestrador solo quiere extorsionarnos.
—¿Qué? —los ojos del abuelo se abrieron de par en par.
Saber que el niño estaba bien fue un alivio… pero la idea de que alguien se atreviera a burlarse de los Kensington reavivó su furia.
—¿Sabes quién está detrás de esto? —preguntó, notando que había más de lo que Luca decía.
Luca negó con la cabeza—. Aún no, pero no se preocupe. Ya envié