Ezra parecía al borde de perderlo todo. Se veía vacío, acobardado, escondiéndose detrás de Beatriz, siempre alerta, preocupado de que un solo error lo llevara a ser abandonado por su padre y su abuelo…

En la planta baja de la residencia de los Kensington, el abuelo recibió numerosas llamadas de sus viejos amigos, preguntando por los rumores y presionando a los Kensington para que tomaran una decisión sobre a quién querían como nuera.

—Sea Beatriz o Vanessa, Luca decidirá por sí mismo —respondió el abuelo con resignación. Sin embargo, estas palabras fueron escuchadas por Beatriz, que acababa de bajar. Inmediatamente apretó los puños. Las palabras del abuelo solo pretendían calmar los rumores de sus viejos amigos, pero ella las tom&oacut