De repente, una mano agarró su muñeca, impidiéndole liberarse.

—¿Qué estás mirando? ¡Ayúdame a separarlo!

Al ver a su asistente paralizado, Vanessa gritó, algo molesta.

El asistente de Luca finalmente dio un paso adelante, pero solo logró sostener a Luca, sin atreverse a hacerle daño ni un poco.

Vanessa no sabía si era por evasión o por miedo; se esforzó desesperadamente por liberarse del agarre de Luca.

—Vanessa, no te vayas, no te vayas…

Aunque Luca estaba ebrio, aún podía reconocer a Vanessa por instinto, o tal vez no se daba cuenta del todo, pero su arrepentimient