Nara parecía un león enjaulado, caminaba de un lado a otro, mientras el hombre sentado en el enorme sillón de su casa, la observaba
Este no compendia, ¿Qué hacía ella en su casa? Más importante ¿Cómo sabía que esa era su casa? El hombre dio una larga jalada a su cigarro y la observo cansino
¿Desde cuándo ellos eran tan amigos? Habían hecho varía travesuras juntos, incuso se habían acostado un par de veces
Pero nada más, no eran amigos, nunca lo habían sido y nunca lo serían, por lo que no tenía por ir con el sí, tenía problemas
Solo debía llamar, si necesitaba ayuda, si necesitaba algo que pudiese hacer a cambio de mucho dinero, justamente como a él le gustaba
—¿Qué haremos? No sé qué haremos, estoy ciertamente tensa, llena de tantas cosas en mi cabeza, me estoy volviendo loca, muy loca, muy loca…
Ella habló en medio de sus delirios, mientras él solo siguió fumando, ¿cuándo se iría? La verdad era que la había dejado de escuchar hacía ya demasiado tiempo
La mujer ciertamente era muy mo