La cena de Sofía Vargas y Alejandro Ruiz transcurría en la tranquilidad del restaurante, ajena al bullicio exterior.
—¿Y qué piensas del proyecto ese de Altamira, el del complejo de aguas termales?
Alejandro cortaba su filete con elegancia y preguntó como si nada.
Sofía dejó el tenedor sobre el plato y respondió con seriedad:
—Altamira Desarrollos quiere crear un complejo de aguas termales de lujo que combine bienestar, descanso y entretenimiento. Ya tengo algunas ideas preliminares, un concepto que fusiona la arquitectura moderna con el paisaje natural, para lograr un espacio contemporáneo pero con un toque armónico.
Alejandro arqueó una ceja, intrigado.
—¿Ah, sí? A ver, cuéntame.
Sofía sacó una tablet de su bolso, abrió el archivo con su propuesta y se la pasó a Alejandro mientras le iba explicando sus ideas punto por punto.
Alejandro revisaba la propuesta y escuchaba la explicación de Sofía, con clara admiración en la mirada.
Era innegable: el concepto de Sofía era muy original y co