Pero Sofía tenía su mente en otra parte, en realidad no estaba al tanto de todo lo que sucedía.
Al salir de la oficina, se sintió a la deriva.
Después de todo, su madre la había tratado mal. Si se quedaba en la empresa, ¿no parecería una descarada? No tuvo el valor de seguir ahí.
Aunque lo entendía y sabía que el problema en internet era en parte su culpa, no podía culpar del todo a su madre. Ya se había peleado con ella de una forma terrible y, para colmo, había abandonado la oficina. Ahora no tenía idea de cómo arreglar las cosas.
Suspiró. Estaba muy inquieta y tuvo un presentimiento de que algo malo estaba por ocurrir.
Revisó su celular, pero no había nada.
Llevaba un buen rato fuera de la empresa, y no podía creer que su madre fuera tan inflexible como para no mandarle ni un solo mensaje.
Aún tenía la esperanza de que Lorena le escribiera, pidiéndole que regresara a trabajar. A fin de cuentas, se había esforzado mucho últimamente, hubiera dado resultados o no.
Pero al ver la pantal