En ese instante, se materializó un mundo en el que solo Valeria sufría.
Ya a nadie le importaba su estado, todos celebraban el éxito de Sofía al firmar con el cliente. Después de todo, se trataba de un socio de renombre internacional. Para todos los presentes, era una hazaña extraordinaria.
Eduardo vio a Valeria, despeinada y en un estado lamentable, pero no tuvo la intención de acercarse a ayudarla. Con tanta gente observando, en ese momento solo tenía ojos para la estrella del espectáculo.
Bajo los reflectores, ella y John Carter se daban la mano. A partir de ese momento, Inmobiliaria Panorama iniciaba su expansión internacional. Se abrían las puertas a un nuevo mundo de oportunidades.
Los ojos de Eduardo solo veían a la radiante Sofía en el escenario. En contraste, Valeria, con el cabello como trapeador, parecía una desquiciada.
Él había planeado escabullirse en cuanto terminara el evento, pero para su mala suerte, ella lo vio.
Con voz débil, casi un susurro, Valeria lo llamó.
—Edua