87: Rescatar a mi chica.
Elian.
Sabía que amar dolía, incluso más que tratar de respirar cuando el pecho está trancado, cuando hay alguien cubriendo tu nariz, o se está debajo del mar. Todo ello lo sabía.
Pero lo que no conocía es el sentimiento que tengo ahora en mi pecho aquí, frente a Carly.
—Elian... necesito hablar contigo, en privado por favor —me dijo.
Cuando la vi llegar al restaurant, con ojeras y rostro cansado, triste, supe que algo estaba mal. Y no quería saberlo, porque sabía lo mucho que iba a dolerme, demasiado... algo, algo estaba ocurriendo.
—Ámbar está secuestrada. Darwin la tiene encerrada.
—Pero... pero... no.
—Elian no quiero hacer esto más difícil de lo que ya es. —Y comenzó a llorar—. Pero Ámbar quiso huir ayer en la madrugada, me pidió ayuda y... la descubrieron. No sé qué le hicieron pero hablé con ella hace un momento y Dios... dice que te ama, y no quiero pensar que esto es una despedida, Elian. ¡Darwin no puede hacerle eso! Y he venido aquí porque tenemos que hacer algo, por favor