Hay errores que se sienten como ruido de fondo: fallas pequeñas, técnicas, impersonales, un archivo mal guardado, una cifra corrida, un correo que nunca llega, cosas que una aprende a corregir sin pensarlo demasiado, como quien ajusta una tuerca floja antes de que empiece a vibrar todo el sistema.

Y después están los otros errores, los que te miran a los ojos.

El correo llegó un martes, a las once y cuarenta y siete de la mañana, cuando ya había revisado la bandeja de entrada tres veces sin encontrar nada que justificara la incomodidad que me venía acompañando desde que dejé a Noah en la escuela. No era ansiedad. Tampoco intuición, era algo más básico: una sensación de desajuste, como si el día estuviera levemente corrido hacia un costado.

Asunto: Observación de conducta – Solicitud de reunión.

No abrí el mensaje de inmediato.

Lo leí desde la vista previa, varias veces, como si cambiar el orden de las palabras pudiera alterar su significado. Observación, conducta, solicitud, reunión,