Punto de Vista de Mia

El tiempo dejó de tener sentido mientras esperaba en la casa a oscuras. Las sombras se arrastraban por las paredes, cada hora se alargaba hasta parecer eterna. Kyle tendría que regresar eventualmente. Podríamos ir a la clínica de John juntos. Un simple examen probaría que estaba diciendo la verdad. Los bebés eran suyos. Me creerá.

El reloj de péndulo en el pasillo dio las doce de la medianoche, su resonancia profunda extrañamente amenazante en la casa vacía. Cada campanada se sentía como un martillo en mi cabeza ya palpitante.

Mis ojos se volvieron pesados mientras el agotamiento se instalaba. El costo emocional del día pesaba sobre mí como plomo, jalándome hacia la inconsciencia. Los bebés necesitaban descanso. Solo unos minutos...

El clic agudo de tacones en la madera me despertó de golpe.

La luz del vestíbulo se encendió, cegándome momentáneamente. Cuando mi visión se aclaró, la vi parada allí, una visión en rojo, impecablemente peinada incluso a esta hora.

—Mi