AMBER PIERCE
—¿Es aquí dónde me dices que él no es así y que tenemos que darle una oportunidad para explicarse? —preguntó Byron en cuanto Jazmín terminó de explicar lo que había ocurrido en el autódromo y quién era Bryan.
Aunque fue difícil, la convencimos de que regresara a su cuarto y dejara que el médico la atendiera. Debía pasar un tiempo en observación, aunque no parecía tener ningún hueso roto o herida profunda, había inhalado suficiente humo para que sus pulmones pudieran afectarse.
Negó con la cabeza suavemente y sus manos arrugaron la sábana que la cubría.
—Lo vi a los ojos… —susurró con tristeza—. Ya no es él, y no entiendo porqué está trabajando con Anthony. Si sobrevivió, ¿por qué no me buscó antes?
Cuando volteé hacia Byron, él desvió la mirada y tensó sus mejillas. ¿Sabía algo o por lo menos lo sospechaba?
—Esos hombres… los que los atacaron esa noche en el casino —empezó, aunque parecía no saber cómo continuar—, eran hombres de Anthony, el casino también.
Los ojos de J