Cuando luego de una larga espera, él se congeló cuando vio salir a Álvaro y su cara, no pronosticaba nada bueno.
— Vaya… Aún sigues aquí… — Álvaro se acercó, extrañado. — Pensé que ella ya no te importaba…
— ¿Cómo está? — Gruñó Liam, haciendo caso omiso al comentario de Álvaro.
— Esperaba no encontrarte… — Álvaro se metió la mano en los bolsillos de su bata, bajando la mirada. — Esperaba que ya no estuvieras aquí y no tener que ser yo quien tuviera que darte esta noticia…
— No… — Liam removió su cabeza de un lado para el otro, negando, mientras sentía como los ojos le ardían.
— Lo siento mucho, Liam…
— No, no, no, no… — Siguió negando Liam, abriendo sus enrojecidos ojos de par en par…
— Ania no pudo soportar…
— ¡ESTÁS MINTIENDO! ¡MIENTES! — Gritó Liam como un desquiciado, mientras las venas le brotaban de la cara.
— Que más quisiera yo, Ania era mi amiga y…
— ¡NO! ¡ELLA ESTÁ AQUÍ! ¡ELLA ESTÁ BIEN! — Liam intentó avanzar hacia el interior de la emergencia de la clínica, p