Capítulo 20
Patricia siguió hacia el comedor, sintiendo cada paso que daba, especialmente porque sabía que Augusto estaba justo detrás de ella. Su presencia era intensa, casi palpable. Su cuerpo se puso ligeramente tenso con la proximidad, y tuvo que concentrarse para no demostrar nada.
Augusto, por su parte, no apartaba la mirada. Sus ojos bajaron por su espalda hasta sus caderas, y tuvo que morderse la lengua para no hacer un comentario impulsivo. No se había fijado antes en lo bien proporcionado que era su cuerpo, especialmente aquella curva perfecta que ahora se movía frente a él. ¿Acaso hacía ejercicio para mantener toda esa hermosura? La idea lo hizo sonreír de lado.
Patricia, sin necesidad de mirar atrás, sabía que él la observaba. Sentía la intensidad de su mirada quemando su piel. Su mente, sin embargo, estaba centrada en otra cosa: Augusto estaba absurdamente guapo. El corte social y la barba bien arreglada le daban un aspecto más juvenil, como si hubiera rejuvenecido diez a