Manteniéndose en silencio, Máximo vio a su esposa, soltarle la mano y dirigirse al closet de la habitación de sus padres.
Él solo la vio alejarse sin saber qué decirle o como animarla, como quitarle ese dolor y hacerla sentir mejor, parecía que había sido una mala idea dejarla volver tan pronto a ese lugar tan lleno de recuerdos.
La joven se acercó a un rincón, se agachó, esculco por un rato, con mucho cuidado entre algunas cajas llenas de polvo y de allí, sacó una pequeña cajita.
— ¿Qué es eso? — Preguntó Máximo viendo a Isabella regresar con la caja, ella no respondió, solo la dejó sobre una encimera, la abrió y de ella sacó algunas fotos.
Máximo vio la antiguas y algo borrosas fotos que Isabella le mostró, recuerdos de su infancia, de una dulce y hermosa niña, feliz junto a sus amorosos padres.
El llanto de Isabella arreció a medida que iba pasando las fotos, los gemidos se hicieron más fuertes, Máximo no lo soportó más, luego de sacar la última foto, él la jaló contra su pech