— ¿Qué tal todo, Collins?, ¿y mi prima?, ¿Isabella está ahí? — Preguntó Aiden desde el otro lado de la línea.
— No está, salió con la abuela para el salón de belleza, están arreglándose para la ceremonia… — Respondió Máximo al teléfono.
— Que lastima, quería felicitarla, es una pena que no podamos estar en la graduación de Isabella, de verdad queríamos asistir, pero con tanto trabajo, se nos ha hecho imposible…
— Está bien, ella entiende… — Murmuró Máximo.
— Aun así, debo decir que… Te admiro, hermano, no sé cómo te encargabas de todo esto, tú solo… — Afirmó Aiden. Máximo sonrió para sí mismo. — Oye, dile que la llamé y que le mandamos felicitaciones y saludos desde acá…
— Sí, está bien… — Asentía Máximo, cuando los gritos de un pequeño hicieron un estruendo en la habitación.
— ¿Ese es Albert? No me digas, te dejaron de niñero de nuevo… — Soltó Aiden en un tono burlón.
— No soy el niñero, soy el papá… Y hago lo que vine a hacer, cuidar de mi hijo y apoyar a mi esposa… — Gruñó M