[DANIEL]
(CONTINUACIÓN)
Le quité el pantalón con una velocidad digna de un récord. Tiré de su braga sin ninguna lastima y bajé mi pantalón sin dejar de besarla. Los platos que estaban sobre la mesa cayeron al piso. No había tiempo, no había espacio y tampoco era necesario. Su cuerpo ardía contra el mío y yo necesitaba apagar ese fuego que nos consumía poco a poco. Ella estaba acostada sobre la fina madera, sus hermosas facciones se contraen en una exquisita mueca, a la vez que su piel y la mía chocaban y se volvían una, rebotando sobre el mueble. Me hundía en ella lento, un poco más fuerte y cada vez más profundo. Rebotaba contra sus muslos y en ocasiones la acercaba para poder unir mi pecho al suyo, con su corazón cantando en coro junto al mío, y así llegar más profundo, hasta acabar en un gemido de liberación, con su boca abierta en una hermosa y bien formada "O" y mi garganta seca por mi respiración entrecortada.
—Lo siento —le dije, abrazándola a mi pecho cuando se echó a llorar —