Capítulo 21
Corrí con el corazón apretado, ignorando el mareo, mis piernas estaban temblando después de aquella noticia que me dejó en shock .
Cada paso se sentía como si el suelo se desplazara de un lado a otro, jadeaba, El aire no me llegaba a los pulmones, unos metros me parecieron kilómetros.
—¡Déjame verla! —grité, casi sin voz, cuando Gabriela se cruzó en mi camino. Estaba parada frente a la puerta de la habitación de mi hermana, erguida, con esa mirada fría que siempre lanzaba para herir.
—¿Para qué? ¿Vas a torturarla más? —escupió con veneno—. Liliana está así por tu culpa. Porque sabe que le estás robando a su lobo, su hermana se acuesta con el que debió ser su esposo.
Sus palabras se clavaron en mí corazón sin piedad. Fue como si me arrancaran el pecho con las manos. Me quedé quieta, con la garganta seca y los ojos llenos de lágrimas
No supe qué decir. Porque parte de mi temía que tuviera razón.
—Yo puedo verla —la voz de Xavier cortó el silencio —. Es mi concubina. Y tú n